• CCSS no ha realizado más de 80 procedimientos en 21 años
  • Afirma que atiende a personas sin racionalidad, tal y como describen al feto para defender el aborto

Redacción – El diputado del Partido Liberación Nacional (PLN) y médico de profesión, Luis Antonio Aiza, habló en el Plenario Legislativo sobre la norma del aborto terapéutico que se discute entre congresistas y afirma que hay dos factores: la mujer embarazada en crisis y la persona en en estado embrionario fetal que es inocente y débil.

«Cuando se habla del problema del aborto nos encontramos precisamente ante personas con una enorme vulnerabilidad. Por una parte, la mujer con un embarazo en crisis, y por otro una persona en estado embrionario o fetal: inocente, pequeña y débil. ¿Qué hacemos los médicos ante estas dos personas? Nuestra vocación nos llama a poner todo nuestro empeño en ayudarlas, a curarlas, a salvarlas», afirmó Aiza en su discurso.

El legislador defiende la vida y habla incluso sobre su experiencia como doctor, donde atiende a personas sin racionalidad, tal y como describen a los fetos para defender el aborto.

«Algunos afirman que hay que reconocer que el embrión humano está vivo pero que no es persona porque no tiene racionalidad, ni libertad, ni creatividad. Pero ¡los médicos atendemos a tantas personas que no tienen estas características!, ¿Quién de nosotros se atrevería a afirmar que un recién nacido o que un adulto mayor que sufra la enfermedad de Alzheimer en estado avanzado no son personas?. Ellos tampoco tienen uso de razón, ni tienen libre albedrío ni son muy creativos. El médico llega a la conclusión de que, dejando ideologías baratas de lado, hay igual número de definiciones del término “persona” como seres humanos hay. Es decir, cada uno de nosotros –seres humanos- tenemos una forma distinta de ser personas. Cada persona expresa de un modo maravilloso y una manera distinta de tener la misma dignidad», destacó.

Durante su discurso, comenta que los médicos no hacen ningún tipo de acepción de personas, porque todas tienen una «idéntica dignidad».

«Vale lo mismo una persona adulta mayor con demencia senil que una persona recién nacida o en estado embrionario, que todavía no pueden hacer uso de su capacidad racional. No preferimos a nadie, pero eso sí, nos despierta un enorme sentido de responsabilidad cuando tenemos que tratar con una persona vulnerable», dijo.

«Se trata de un nuevo proceso humano, porque el cigoto ya no se comporta como un óvulo o un espermatozoide, sino como un nuevo ser, y perteneciente a la especie humana».

Parte de sus argumentos es que los doctores no necesitan esta norma técnica que el presidente de la República, Carlos Alvarado, busca firmar en los próximos meses.

«Los médicos no ocupamos una norma de aborto, porque la legislación es clara y de hecho todos los años se practican abortos en nuestros hospitales, que son delitos impunes para poder salvar la vida de la madre. Los que quieren la norma de aborto son otras personas, movidas más bien por intereses ideológicos, que desean que se hagan más abortos de los que se hacen para salvar la vida de la madre. Quieren el aborto por causas psicológicas, psiquiátricas y hasta sociales. Y en el fondo, quieren el aborto por cualquier razón».

En los últimos 21 años, la Caja Costarricense del Seguro Social (CCSS) no ha realizado más de 80 abortos terapéuticos, pues estos sí son legales, pero no cuentan con la norma técnica.

Esto no se puede penalizar porque así se establece en el artículo 121 del Código Penal, donde se especifica que es impune “si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y éste no ha podido ser evitado por otros medios”.

Con respecto a esa legislación, Aiza dice:

«Los médicos tratamos de evitar el aborto por todos los medios, pero cuando ya no es posible y tenemos dudas, siempre llevamos el caso a una Junta Médica para tomar la mejor decisión al respecto».

Por su parte, el ministro de la Presidencia, Rodolfo Piza, asegura que quedaría en firme la norma por parte de Alvarado este año.

El discurso lo finalizó con lo siguiente:

«Ante esta situación no dudo en afirmar que ante un embarazo en crisis lo que se requiere es una guía de atención a las mujeres con dificultades en su embarazo, para que reciban la mejor atención posible, con un acompañamiento que les permita optar por su salud, respetando la vida de la persona que llevan dentro. Con más razón cuando el ser que está en el vientre tiene problemas de salud, incluso malformaciones; pero ese ser tiene dignidad y si vive solo unos minutos, tiene derecho a que se le dé lo mejor y si muere aunque sea poco tiempo después de su nacimiento, la madre sepa y sienta que ella hizo lo mejor, que le dio todo su amor. Y pueda hacer duelo y llorar, y sanar el dolor de un hijo o hija que ha muerto.

Llorar. Hay gente que se imagina que los médicos no lloramos, que somos como robots, inertes y fríos. Déjenme decirles, que en lo personal lloraré en mi corazón por la muerte de cualquier ser humano. Lloraré de tristeza, de emoción, y de asombro. De tristeza porque ya no estará con nosotros. De emoción porque la persona trasciende hacia el infinito. Y de asombro porque un destello maravilloso de luz se apagado frente a mis ojos.

Ser humano, paciente, persona, de cualquier condición o edad.  A mí, como médico, me toca entregarme con profundo respeto, cariño y hasta con devoción. ¡No permitiremos que las ideologías mancillen tanta dignidad!», finalizó.