Sergio Rojas, líder bribri. Foto tomada de Facebook
  • Rojas asistió a la Fiscalía para denunciar usurpación de tierras 

Redacción – La agrupación Frente Nacional de Pueblos Indígenas (Frenapi) acusa y responsabiliza al Gobierno de Carlos Alvarado por el asesinato del líder bribri, Sergio Rojas Ortiz, luego de que la comunidad escuchaba «15 balazos contados» en la casa de este aborigen.

«El Frenapi responsabiliza totalmente al Gobierno de Carlos Alvarado Quesada de lo que le ha pasado al Sergio Rojas Ortiz; exigiendo el esclarecimiento inmediato de este nuevo hecho de sangre y violencia en contra de los pueblos indígenas de Costa Rica; recordando que Salitre junto a Térraba son dos Territorios que tienen medidas cautelares por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) justamente por los niveles de violencia y agresiones que se vienen sufriendo y creciendo en estos territorios», puntualizaron mediante un pronunciamiento oficial.

Según en el comunicado de prensa, un integrante de la comunidad Bribri de Salitre, Marino Delgado Rojas, informó al resto que los balazos se dieron a eso de las 9:15 de la noche del 18 de marzo anterior en Yery, territorio de Salitre. Además, narran que los responsables -en apariencia- entraron por la parte de atrás de la casa del ahora fallecido. A las 10:30, de acuerdo con las declaraciones, las autoridades tienen custodiada la escena y no permiten el ingreso de personas externas.

«No se tenía clara la gravedad o estado de Sergio. Esperando la ambulancia se encuentran los familiares y muchos compañeros indígenas de ese Territorio que siguen subiendo a Yery para verificar la situación. Se dice que Sergio quedó gravemente herido», escribieron.

Frenapi comentó que, justamente el mismo día de su asesinato, Rojas estuvo en Buenos Aires de Puntarenas para acompañar a varios bribris a la Fiscalía para denunciar la usurpación de tierras indígenas, así como las amenazas y agresiones que vienen sufriendo y enfrentando «en total impunidad y con la negligente actuación de autoridades».

Las mismas organizaciones integradas por aborígenes destacan que Rojas fue un defensor del territorio indígena en Salitre y por eso fue perseguido desde tiempo atrás. Especifican también que, en 2015, estuvo seis meses encarcelado por persecución política.

Los miembros indígenas han denunciado invasión de personas ajenas a las comunidades, lo que ha provocado enfrentamientos, amenazas y agresión incluso con machetes y palos. Anteriormente, Rojas había sufrido lesiones por balas, pero salió ileso.