Luis Ramón Carranza, diputado del PAC. AMPrensa.com
  • Señalan que es falso que los timbres sean un instrumento artificial de los costos de servicios indispensables.

Redacción-  Ante la presentación del Proyecto de Ley para eliminar timbres de Colegios Profesionales, expediente 21462, por parte del diputado Luis Ramón Carranza, el Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica defiende el valor de los timbres para la salud operativa de sus agremiados.

El Colegio de Contadores Públicos señala que es falso que los timbres sean un instrumento artificial de los costos de servicios indispensables.

De acuerdo con el Lic. Ronald Artavia Chavarría, presidente del Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica, los ingresos por concepto de los timbres representan solo una parte de los recursos que recibe la institución y sus valores no han sido actualizados considerando aspectos como índices de precios, inflación y otros desde 1981, cuando fue constituida la Ley del Timbre del Colegio de Contadores Públicos de Costa Rica.

“El valor del timbre es asumido en su totalidad por el Contador Público Autorizado al emitir cualquier tipo de documento público y el arancel de Servicios Profesionales es uno de los más bajos de las diferentes disciplinas profesionales”, explicó el presidente del Colegio de Contadores Públicos, Lic. Ronald Artavia Chavarría.

Artavia añadió que todo el monto que se recauda de los timbres es utilizado en su totalidad a incentivar la educación de los colegiados y sociedad costarricense, y también se utiliza para la defensa de la profesión de la contaduría pública.

“En nuestras Aulas, no solo los agremiados reciben educación tributaria sino los contribuyentes, en relación a temas de actualidad, como la factura electrónica y la reforma fiscal (IVA y RENTA), capacitaciones que se han extendido a todas las sedes regionales del Colegio de Contadores Públicos”, afirmó Artavia.

Agregó que el CCPCR no depende del ingreso de un timbre para dar respuesta a las necesidades de sus agremiados y del público en general, pues ese costo nunca se traslada al usuario del servicio.