Redacción-Frente su padre y madre, el menor de tan solo 12 años de edad sufrió primeramente la mutilación de dos dedos, decenas de azotes y finalmente fue crucificado, todo esto por no negar su fe cristiana ante los grupos extremistas islámicos que tienen dominado Siria en Medio Oriente.
Tras el brutal acontecimiento, el grupo islámico le preguntó al niño una vez más: ¿aún eres cristiano?, el pequeño no dudo en contestar, con su voz entre cortada: sí, lo seré siempre aún cuando muera.
Después de estos, los padres del niño también fueron asesinados por el delito de Alta traición a la fe Islámica y por mal educar a su hijo.
Este acto se suma a otro, en el cual dos misioneras cristianas, aún no identificadas, fueron torturadas y asesinadas en una plaza pública. Se presume que antes fueron violadas.
La información fue corroborada por el estado de Israel; se estima que por semana unas 50 personas mueren en Siria por mantener su fe cristiana.