Redacción – El papa emérito Benedicto XVI «se está apagando lenta y serenamente como una vela», según reconoció su secretario privado, el monseñor Georg Ganswein.

El primer pontífice de la era moderna que renunció, de 88 años, es una persona «muy anciana, pero muy lúcida», contó Ganswein a la revista católica italiana Benessere.

El alemán ya tiene dificultades para caminar y usa un andador para poder movilizarse, precisó Ganswein.

“Se está apagando gradualmente, como ocurre a muchas personas», explicó el religioso sobre Benedicto XVI, quien celebrará en abril próximo sus 89 años de edad.

El padre Federico Lombardi, portavoz del Vaticano, asegura que la salud de Benedicto XVI «no suscita particular preocupación» y que el papa emérito «no corre riesgos especiales, ni tiene enfermedades particulares”.

«Está sereno, en paz con Dios, consigo mismo y con el mundo. Se interesa por todo y mantiene su fino y sutil sentido del humor», recalcó.

Ganswein, actualmente prefecto de la Casa Pontificia, reside con Benedicto XVI en el antiguo monasterio Mater Ecclesiae dentro del Vaticano, donde organiza la agenda pública del argentino Francisco, una situación que se torna inusual al trabajar con dos pontífices.