Redacción- En la UCR acuciosos investigadores trabajan en la salvaguarda de las lenguas aborígenes; sin embargo, no disponen de muchas luces como para saber el significado que podría tener»costarrica»en caso de ser un huetarismo.

El historiador y amante de la cultura costarricense, Dionisio Cabal, comentó que Costarrica se consigna por primera vez en una cédula real de 1543, que relaciona a Diego de Gutiérrez con la posesión de “Veragua y Costarrica”, 41 años después de la visita de Colón a nuestra rica costa del caribe. Hoy los lingüistas afirman que “Veragua” aunque suena a español: “ver” “agua”, es una palabra aborigen ¿y “Costarrica”, porqué no?

Según Cabal, hay quienes creen que Cristóbal Colón sugirió el nombre de “Costa Rica” a nuestro territorio; sin embargo, no fue así y más bien hablo de Cariay (Cariari) y con ese nombre figura nuestra geografía en los primeros mapas.

A lo largo del tiempo leemos en documentos oficiales (tanto coloniales como de la época republicana), religiosos y administrativos: Costarrica, Costarica, Costa-rica y sus respectivos gentilicios: costarricense , costaricense , costa-ricense . Tras décadas de independencia, se empezó a escribir Costa Rica oficial y regularmente.

cristobal colon

Por otra parte Dionisio Cabal afirma que otros atribuyen el nombre de nuestro país a Francisco Hernández de Córdoba y a Gil González Dávila, pero que las explicaciones son insostenibles.

Para Cabal el primero habría hecho referencia a la riqueza natural de nuestro territorio. De ser cierto lo de Hernández de Córdoba, el nombre de la “costa” “rica” correspondería, por referencia directa, a Nicoya en la mar pacífica y púnica de las regiones de nuestro país que visitó.  Hoy, esta versión, que empezó a circular hace pocos años, sería la que nos acomoda más, a tono con la apuesta de ser un paraíso subtropical sin ingredientes artificiales.

En cuanto a González Dávila, algunos afirman (sin poder demostrarlo hasta la fecha) que habló de Costa Rica en 1522 tras cabalgar, desde Chiriquí hasta el Golfo de Nicoya, “sonsacando” cuanto oro le fue posible a los aborígenes asentados cerca del litoral. Pero González Dávila, recogió  más oro (200mil) en la costa occidental de Nicaragua y zonas aledañas que todo el que “recibió” de nuestros indígenas costeños (13mil).

El historiador añadió que faltaban 40 años para que se iniciara la conquista de la Meseta Central. Es posible que para entonces se usara el nombre indígena de las tierras interioranas o  de algún asentamiento principal de los huetares de nombre similar a  Co-querrica , Co-querrique , Co-taque-rrique o, ya españolizado, Costarrica.

indigenas

Dionisio Cabal comentó que las patrias americanas muestran ventaja de voces aborígenes y que la conquista no pudo abolirlas. De norte a sur son indígenas (españolizadas en su pronunciación): Canadá, México, Chiapas, Yucatán, Jamaica, Cuba, Haití, Guatemala, Belice, Nicaragua, Panamá, Guayana, Surinam, Perú, Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay; a esta lista se sumaría Costarrica.

El amante de la cultura añadió que lo decimos desde hace 20 años y se pregunta: ¿ha sido mezquindad hispanizante o europeísta no aclararlo? Costarrica (con “erre” o doble ere) es un nombre huetar, simplificado y españolizado. ¿Por qué no partir de que esto sería demostrable por las toponimias huetares?

La primera presunción debe ser la del origen huetar. Es sugestivo contar con Tucurrique, Turrubares, Turrialba, Siquirres. Curridabat, Aserrí, Coquerrique (nombre este de donde podría derivar “costarrica”), Birrí, Purral, Pirro, Pirrís, Tarrasú, Turrúcares, y tantas voces más.

El historiador concluye que lo que está por demostrarse es que el nombre de nuestra patria se refiere a una “costa” “rica” en oro o en biodiversidad, situación que es indemostrable.

También afirma que si se aceptaría con legítimo orgullo el verdadero color de Tiquicia: somos huetares de nombre, como lo somos de sangre en alto porcentaje.Cabal añadió que la sangre de los abuelos huetares bien vale restituirles el honor de ostentar la paternidad del nombre patrio.  #AMPrensa

 

 

3 COMENTARIOS

  1. No es una hipótesis invàlida, pero olvida que el español medio tiene la vocación de contraer palabras, dello de-ello, pleytomenaje, pleito y homenaje, etc. Los ejemplos son múltiples. La contracción de costarrica no sería una excepción, sino la regla.Lo que me parece más interesante del artículo es el podrr asociar nuestra rrrrr idiosincrática con una pronunciación propiamente indígena.

  2. Don Armando ¿qué es lo que olvido? ¡Eso es lo que digo!: «Es posible que para entonces se usara el nombre indígena de las tierras interioranas o de algún asentamiento principal de los huetares de nombre similar a Co-querrica , Co-querrique , Co-taque-rrique o, YA ESPAÑOLIZADO, COSTARRICA». Y sí, lleva usted razón, en otro artículo afirmo que nuestra ere «arrastrada» es una pervivencia de la pronunciación huetar en los costarricenses.

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