Redacción- Con una foto de sus zapatos manchados de sangre, un médico del Orlando Regional Medical Center resumió el horror que vivió en ese hospital la noche del sábado, cuando atendió a las víctimas del tiroteo en el club gay Pulse.

«Estos son mis zapatos del sábado por la noche», escribió el médico residente Joshua Corsa al pie de la imagen que compartió en su cuenta de la red social Facebook. «Me iba a trabajar esta mañana y los vi en la esquina de mi sala de guardias, junto a una pila de uniformes médicos sucios. Me había olvidado de ellos, hasta ahora», agregó.

«En las fibras de esos zapatos está la sangre de 54 seres humanos inocentes. No sé quiénes eran heterosexuales, quiénes eran gays, quiénes eran negros o hispanos», se lee. «Lo que sé es que vinieron a nosotros después de una ola de sufrimiento, gritos y muerte», escribió el médico.

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El sábado por la noche, una fiesta latina que se celebraba en el club Pulse fue interrumpida abruptamente, cuando Omar Mateen, un estadounidense de 29 años, irrumpió disparando un fusil de asalto AR-15 contra más de 300 personas que disfrutaban en el bar.

En medio de la confusión, muchos se lanzaron al suelo y otros lograron escapar gateando hasta las salidas más cercanas. En una llamada al 911, el pistolero juró lealtad a la organización terrorista Estado Islámico. En total, el ataque dejó a 49 personas muertas y 53 heridas, 5 de ellas de gravedad.

Se trata de la mayor matanza a tiros en la historia de Estados Unidos.