San José – Un instituto de belleza ubicado en Curridabat, llamado Instituto Ferangel, opera como si nada a pesar de que no cuenta con ninguna patente comercial por parte de la municipalidad de ese cantón josefino.

Ferangel aparece en su página web como un instituto dedicado a la micropigmentación, una técnica estética que tatúa de forma permanente las cejas o la delineación de los ojos.

Además, aparece con dirección física de la Pops de Curridabat, 200 metros y 25 norte, contiguo a la Cinta amarilla.

Arturo Montoya, jefe de patentes de la Municipalidad de Curridabat, confirmó que tanto Floribeth Cabrera, dueña del instituto como propiamente el nombre de la entidad no aparece registrada con una patente comercial, es decir, funciona sin los permisos respectivos.

«Le comunico que a nombre del Instituto Ferangel, Floribeth Cabrera o de José Rafael Valiente (otro socio del instituto), no aparece registrada ninguna patente en este cantón», expresó Motoya, a pesar de que la dirección física de la entidad aparece en ese cantón.

Montoya confirmó, además, que enviarán a un inspector a notificarle a las autoridades del instituto para que se pongan en regla, de lo contrario el negocio sería cerrado.

DENUNCIADO POR PUBLICIDAD ENGAÑOSA

Además de que no tiene permisos municipales para funcionar, el Instituto Ferangel y sus representantes están denunciados en la Defensoría del Consumidor por falta de información, información incompleta, publicidad engañosa y violación de los derechos del consumidor.

En la denuncia, de la cual este medio tiene copia, la joven Karina Araya protestó porque matriculó el curso por más de 1500 dólares (750 mil colones), el cual incluía un dispositivo de micropigmentación, que nunca recibió.

«Me dijeron que la empresa garantizaba la entrega del equipo cuando pagáramos el 50% del curso», manifestó Araya, a quien nunca le entregaron el equipo a pesar de que a la mitad del curso ya había pagado la totalidad.

De igual manera, ocurrieron otras irregularidades en el caso de la joven. La denuncia explica que en una ocasión la profesora no asistió a dar la clase; sin embargo, los estudiantes a pesar de eso, tenían que pagarla, ello generó molestia en Araya, quien al observar las irregularidades acudió a la Defensoría del Consumidor a interponer la denuncia.

AMPrensa.com llamó en varias ocasiones al celular de Cabrera, dueña del instituto. En una primera llamada nos remitió al abogado Rolando Chacón y no se refirió al caso.

Se llamó igualmente a la oficina de Rolando Chacón; su secretaria comentó que no se encontraba y que devolvería la llamada desde el lunes 11 de julio y hasta el momento no lo ha hecho.

Este martes, nuevamente se llamó a Cabrera para obtener una reacción tanto de la denuncia en la Defensoría del Consumidor como la falta de patente comercial. Cuando se le dijo que le llamaba un periodista de AMPrensa.com comenzó a gritar como si no escuchara la llamada, en dos intentos más hizo lo mismo.