Redacción – El exceso de licor, drogas y sexo en las serenatas colegiales de esta época obligan al ministro de Seguridad Pública, Gustavo Mata, a lazar un claro mensaje: prohibirle a los hijos asistir a estas actividades ajenas a las instituciones educativas.

Estas famosas serenatas se convirtieron fiestas clandestinas sin supervisión de padres de familia, en donde la mayoría de asistentes son estudiantes de quinto año, menores de edad.

Las serenatas tienen como factores comunes la gran cantidad de licor, diferentes tipos de droga y la facilidad que tienen los asistentes para tener sexo.

Estas  serenatas están muy lejos de ser lo que fueron en algún momento, una reunión de estudiantes para compartir con sus compañeros y compañeras, y así lo dejan ver autoridades en este tema.

Uno de los que no están de acuerdo con estas fiestas clandestinas es el ministro de Seguridad Pública, Gustavo Mata, quien asegura que este tipo de actividades son un riesgo para los estudiantes.

«Este tipo de actividades se pueden convertir en un riesgo para ellos y en una amenaza directa por lo que están efectuando», dijo el jerarca.

El ministro también mencionó que es responsabilidad es de los padres de familia que en ocasiones no saben a donde van sus hijos.

«Muchas veces nos llevamos la sorpresa de que fueron a una finca donde pagaron una cuota y ahí les tenían licor, les tenían droga para hacer la fiesta», añadió Mata.

Por su parte, el director del Instituto Costarricense Contra las Drogas (ICD), Guillermo Araya, afirma que hay una realidad que lamentablemente no se puede esconder, en la que adolescentes se exponen a grandes riesgos en estas serenatas.

«En ese tipo de fiestas van a haber drogas y alcohol, ambos perjudiciales para los jóvenes», manifestó Araya.

Pero las fiestas en estos días no quedan sólo en la exposición a estos vicios, también contemplan la cercanía al crimen organizado, mismo que en muchas ocasiones es parte de la organización de las serenatas.

«Existe además la exposición al crimen organizado, que son los que están detrás de todo esto que le pueden organizar un daño irreversible a los muchachos», agregó Araya.

Además, ya que se trata de fiestas privadas es poco lo que puede hacer la Fuerza Pública por contener los excesos que se producen en las llamadas serenatas.

Aunque es poco lo que las autoridades pueden hacer en el tema de represión de las serenatas, agrupaciones como los programas regionales antidrogas han logrado, sólo en este año, cancelar seis serenatas organizadas por estudiantes y terceros.

Lo que los jóvenes – que se aprestan a iniciar una nueva etapa en sus vidas – consideran como una simple serenata, se puede tornar más bien en uno de los más graves errores que podrá cometer.

2 COMENTARIOS

  1. No creo que los padres deban prohibir las serenatas, deben involucrarse. Recuerdo cuando mi hija menor se graduó de secundaria. El director del Colegio Científico Bilingüe Reina de los Ángeles nos pidió no celebrar la serenata , a menos que nos involucráramos. Eso hicimos, yo preparé no se cuántos libros de sangría sin licor. Otros padres los acompañaron y al final hicimos una fiesta en una casa. Los chicos disfrutaron mucho sin alcohol ni drogas. Eso diferencia de los centros educativos del montón a un colegio que tiene: un 100% de promoción, alumnos entre los mejores de admisión en las universidades nacionales y además premios internacionales y nacionales en Olimpiadas.

  2. Estoy muy de acuerdo con el comentario anterior ,nosotros los padres debemos involucrarnos y si los muchachos no están de acuerdo ahí si podemos decir no es decir prohibirles que asistan

Comments are closed.