Redacción- Un suicida mató a al menos 53 personas y dejó decenas de heridos estallar una bomba cerca de una reunión de abogados paquistaníes en un hospital público de la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, dijo la policía.

Testigos describieron escenas horribles de cadáveres esparcidos y sobrevivientes pidiendo ayuda a gritos. Ningún grupo se atribuyó de inmediato la autoría del ataque.

Casi un centenar de abogados había acudido al hospital, ubicado en el centro de Quetta, la capital de la provincia de Baluchistan, a donde había sido trasladado el cuerpo de uno de sus compañeros, el destacado letrado Bilal Kasi.

Kasi falleció por disparos de un pistolero cuando se dirigía a su oficina antes el lunes, y los abogados acudieron después al hospital para mostrar su dolor.

“Fue un ataque suicida”, dijo Zahoor Ahmed Afridi, oficial de la policía paquistaní. El agresor se inmoló poco después de la llegada del cuerpo de Kasi al centro, apuntó señalando que parecía que los dos incidentes estaban relacionados.

Noor Ahmed, subdirector del departamento de cirugía para víctimas de crímenes violentos, dijo que el hospital estaba tratando a unas 50 personas que resultaron heridas en el ataque.

“Puedo confirmar que, por el momento, 53 personas han fallecido por la bomba de hoy en nuestro hospital”, manifestó Ahmed.

Uno de los sobrevivientes describió una escena horrible, con “cuerpos por todas partes” tras la explosión. Waliur Rehman llevaba a su padre enfermo a la zona de urgencias cuando la bomba hizo temblar el edificio.

La explosión fue tan potente que los dos cayeron al suelo, agregó.

Cuando alzó la vista, vio cadáveres y a los heridos llorando para pedir ayuda, recordó Rehman, que estaba a unos 200 metros (yardas) de donde se inmoló el suicida.

Sanaullah Zehri, máximo responsable político en la provincia de Baluchistan, declaró que tanto el ataque suicida como la muerte de Kasi parecían formar parte de un complot para perturbar la paz en la ciudad.