Redacción – “La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del matrimonio y de la familia”, afirmó Sor Lucía, la vidente de Fátima en una larga carta enviada al Cardenal Carlo Caffarra, entonces Arzobispo de Bolonia (Italia), donde advirtió también sobre los ataques que afrontarán quienes defiendan estas dos instituciones naturales.
Esta afirmación de Sor Lucía, expresada durante el Pontificado de San Juan Pablo II, fue retomada el pasado 31 de mayo por el semanario Desde la Fe, de la Arquidiócesis de México en medio del debate generado por el Presidente Enrique Peña Nieto, que anunció su intención de promover el matrimonio homosexual en este país.
El semanario mexicano recordó las declaraciones que el Cardenal Caffarra hizo a la prensa italiana en 2008, tres años después del fallecimiento de la religiosa portuguesa.
El 16 de febrero de 2008 el Arzobispo italiano había celebrado una Misa en la tumba de San Pío de Pietrelcina, luego de la cual concedió una entrevista a Tele Radio Padre Pío, donde fue preguntado sobre una profecía de Sor Lucía dos Santos que habla acerca “la batalla final entre El Señor y el reino de Satanás”.
El Cardenal Caffarra explicó que el contacto con la religiosa fue a raíz del pedido que le hizo San Juan Pablo II, quien le había encargado planear y establecer el Instituto Pontificio para los Estudios del Matrimonio y la Familia. Al comienzo de dicho trabajo el Purpurado le escribió una carta a Sor Lucía de Fátima a través de su obispo, ya que él no podía hacerlo directamente.
“Inexplicablemente, ya que no esperaba una respuesta, viendo que sólo había pedido sus oraciones, recibí una larga carta con su firma, la cual ahora se encuentra en los archivos del Instituto”, indicó el Arzobispo italiano.
“En ella encontramos escrito: ‘La batalla final entre el Señor y el reino de Satanás será acerca del Matrimonio y de la Familia. No teman, añadió, porque cualquiera que actúe a favor de la santidad del Matrimonio y de la Familia siempre será combatido y enfrentado en todas las formas, porque ésta es el punto decisivo. Después concluyó: sin embargo, Nuestra Señora ya ha aplastado su cabeza’”.