Redacción- Algunas veces, los dueños de perros se inquietan al ver que su mascota se come sus propias heces. Aunque en sí, la conducta es desagradable, podría estar incluso relacionada con la forma en como se cría a los animales.

De acuerdo con los veterinarios, este mal es conocido como coprofagía y es una de las conductas más recurrentes nombradas por los dueños de animales.

«Los animales (y el perro entre ellos) aprenden por asociación. Así, un perro que ha canalizado mal la información que le han dado su dueños (al regañarle por hacer sus necesidades) pensarán que cuando defequen se les castigará. Y para evitar el castigo, se esconderán de su dueño y hasta optarán por comerse sus heces. Otras razones de la coprofagía puede ser que el perro se encuentra en casa sólo, se aburra, tiene ansiedad por separación de sus dueños y estrés»,explicó Carlos Orozco de Hablemos de Perros.

Si el perro se ha acostumbrado desde pequeño a vivir entre excrementos, verá normal el alimentarse de ellas, entre otras cosas, porque en las heces hay proteínas y otras sustancias que al perro no le desagradan.

«Si el amo castiga al perro que defeca donde no debe, normalmente hocicándolo en las heces, este no canalizará bien el comportamiento, porque al pegarle asociará el castigo con el hecho de defecar y no con el hecho de defecar en un lugar determinado, que es lo que el dueño quiere que entienda su perro. Entonces, el perro, evitará defecar en presencia del dueño, e incluso, en los despistes del dueño, se esconderá, para hacer las necesidades y también se las comerá (si es el caso) para evitar el castigo»,explicó Orozco.

En las hembras este mal suele ser aún más común,por el hecho de que el día en que tengan una camada se comerán las heces de sus crías por varios motivos, entre ellos, porque les aportarán nutrientes durante el periodo de tiempo que se encuentran sin salir de la paridera, por una práctica de higiene para tener su espacio limpio.

Otra situación que suelen diagnosticar los veterinarios, es la deficiencia de minerales. Esto puede estar asociado a factores hereditario o los caso en que esta conducta ha sido aprendida por imitación.

Los tratamientos y pautas a seguir para una corrección de la coprofagía, dependerán de la naturaleza de las causas. Desde que el perro es cachorro, debemos llevarlo al sitio indicado de evacuación y una vez que haga sus necesidades, premiarlo con caricias y elogios.

Nuestra actuación debe ser la misma en el caso de que nuestro perro sea adulto.

Para un perro, aprender esto no será difícil ya que entenderá que la casa donde vive es su hogar, y para ellos -por su propia conducta-, mantener la higiene donde viven es fundamental.

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