Redacción- En este momento los estudiantes de Limón, San Carlos, Aserrí y otros sectores, deberían estar concentrados únicamente en sus estudios, pues están en la recta final del curso lectivo y los jóvenes de quinto año, específicamente, preparándose para los exámenes de bachillerato.
Pero una dura realidad los mantiene distraídos, la ola de violencia desatada en esos sitios.
Según la Comisión de Cooperación Costarricense para la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, Ciencia y Cultura (UNESCO), tanto niños y jóvenes como sus padres sienten temor al pensar que camino al centro educativo puedan encontrarse en medio de un fuego cruzado.
Lo anterior porque los últimos acontecimientos, han demostrado que a los malhechores no les importa si a la hora de hacer ajustes de cuentas, hay gente inocente cerca.
Rocio Solís, presidenta de la Comisión dijo que no se trata de crear alarma, pero sí de que tanto padres como educadores conversen con los estudiantes y les den consejos, por ejemplo, no exponerse caminando por lugares solitarios o peligrosos, no andar en la calle a altas horas, si ven un conflicto, alejarse del lugar.
Para la presidenta del UNESCO, en este momento se atraviesa una crisis, pues la violencia se ha extendido en todos sus expresiones: la violencia auto infligida, con el aumento en el número de suicidios; la intrafamiliar, cuya muestra son los últimos casos de femicidios y los niños en abandono y la social, que ha cobrado gran cantidad de vidas en las últimas semanas.
“Lo peor que está ocurriendo, es que estamos comenzando a asemejarnos a otros países, donde la violencia se socializa, es decir, se le comienza a ver como algo natural”, dijo Solís. #AMPrensa