Redacción – Una de las actividades preferidas para los que bajar de peso o simplemente ejercitarse es correr.
Aprovechando la tranquilidad o disfrutando de la soledad de la noche, cientos de corredores desafían el calor, el frío, el viento o cualquier factor climático que pueda actuar de condicionante.
La elección del lugar es un factor clave para el normal desarrollo de la tarea, y fallar supondría una merma en el rendimiento y, en el peor de los casos, la aparición de lesiones.
Es por eso que surge la duda: ¿es mejor en cinta, en la calle, en la arena o alguna otra superficie?
La arena, elegida por los profesionales, es la superficie más productiva
Para Irene Davis, profesora de medicina física y rehabilitación en la Escuela de Medicina de Harvard, no hay mucha diferencia en términos de la mecánica de su paso entre las opciones.
«Aunque lo sientan muy diferente, los movimientos de la pierna y las fuerzas experimentadas por el cuerpo son muy similares entre estas condiciones», dijo la especialista.
La disyuntiva aparece en cuanto al riesgo de lesiones.
El desgaste de músculos, cartílagos, huesos o tendones con el tiempo es un condicionante que todo runner debe aprender a convivir.
Davis dice que esos tipos de padecimientos probablemente ocurren con más frecuencia cuando se repite exactamente el mismo movimiento miles y miles de veces, como en una caminadora o un tramo plano y consistente pavimento.
Distinto es la arena, siempre que se trate de sectores que no estén secos.
Es clave el seguimiento de un profesional a la hora de utilizar la cinta para correr
De acuerdo a la hipótesis que plantea la experta, los cursos de carrera que incluyen muchas pendientes, cambios de velocidad y impedimentos -especialmente los senderos naturales- son probablemente los más seguros.
El cambio de pisada tiene un efecto beneficioso.
En el debate se suma el factor psicológico: diversas investigaciones encontrado que el tiempo pasado fuera revitaliza el estado de ánimo y los niveles de energía, incluso favorece un mejor descanso.
Los entornos naturales, como espacios verdes o la playa, inducen a un sentimiento de bienestar mucho mayor, de modo que para los veraneantes de la Costa Atlántica que se quieran animar al running disponen del mejor lugar para hacerlo.