Redacción – Las elevadas cifras de glucosa, colesterol y triglicéridos son responsables de la diabetes, infartos, daños en el riñón y la presión sanguínea, pero también existe otra víctima y es el oído.

 The National Center for Rehabilitative Auditory Research realizó un estudio en el cual confirmó que la pérdida de audición de tipo irreversible y progresiva es dos veces más común en las personas que padecen diabetes o hipertensión.

El estuddio relacionó estos padeciemientos con un desorden en el cuerpo que puede presentar un endurecimiento del tejido de la arteria auditiva donde las paredes de los vasos sanguíneos del oído interno se vuelven más gruesas y por lo tanto la capacidad de llevar la sangre oxigenada hacia el oído se hace más difícil, presentando aún una disminución de la audición.

«Cuando se padece de diabetes o hipertensión hay una mala nutrición del oído interno, estos son problemas que al final hacen que lleguen pocos nutrientes u oxígeno a las células del oído interno, las cuales están hechas para vivir con nosotros toda la vida, no son como el resto de las células del cuerpo que se regeneran, entonces al faltar nutrientes estas células se degeneran y la persona presenta una pérdida de audición», explicó Juan Carlos Olmo, audiologo de Clínicas de la Audición.

Estos estudios han demostrado la correlación entre la diabetes o la hipertensión y la pérdida auditiva, aunque esto no significa que las personas estén destinadas a quedar sordas por tener alguna de estas enfermedades; sin embargo, ellos tienen el doble de posibilidades de perder la audición.

Además, el Instituto Nacional de la Sordera y otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD) determinó una asociación entre estas enfermedades y la pérdida auditiva se presenta más temprano que en personas sanas, a  partir de edades de 30 a 40 años para los diabéticos, mientras que en las personas hipertensas a partir de los 45 años.

Las tasas de personas diabéticas que presentan problemas para escuchar se encuentran alrededor del 2% de los adultos de 45 años, esta tasa aumenta hasta un 25% para las personas mayores de 65 años.

Mientras que en las personas hipertensas se presenta mayormente en mujeres, ya que 25 de cada 1000 tiene problemas auditivos.

Los síntomas de la sordera muchas veces son difíciles de notar, sin embargo  este es un problema que si se detecta a tiempo se puede tratar de manera adecuada y así prevenir el deterioro progresivo de la audición.

Entre las recomendaciones para detectar la pérdida auditiva se encuentran:

• La persona pide frecuentemente que le repitan lo que se acaba de decir.

• Presenta dificultar para seguir conversaciones que involucran a más de dos personas.

• Tiene problemas para escuchar en lugares abiertos o ruidosos como restaurantes concurridos.

• Existe una dificultad para escuchar las voces de las mujeres y de los niños pequeños.

• Ve televisión o escucha la radio con un volumen demasiado alto.

Ante cualquiera de estos síntomas lo recomendado es visitar a un audiólogo para determinar mediante una audiometría y otros exámenes si existen problemas y así comenzar el tratamiento adecuado para cada persona.