Redacción – Realizar de forma regular y sistemática una actividad física ha demostrado ser una práctica muy beneficiosa en la prevención, desarrollo y rehabilitación de la salud, a la vez que ayuda al carácter, la disciplina y a la toma de decisiones en la vida cotidiana.

El ejercicio físico, ya sea de corta o larga duración, contribuye a establecer un bienestar mental, mejorando la autonomía de la persona, la memoria, rapidez de ideas.

Además, ayuda a promover sensaciones como el optimismo o la euforia, al tiempo que se mejora la autoestima de las personas, lo cual  produce beneficios en diferentes enfermedades como la osteoporosis, la hipertensión o las crisis diabéticas.

Todas las actividades encaminadas a mejorar la forma física (por ejemplo, tras un período largo de inactividad), deben realizarse de manera progresiva. ç

Cada deportista debe analizar las demandas de su deporte de elección antes de decidir su plan de entrenamiento.

La intensidad y la carga deben ser determinadas de forma individual, ya que dependen del nivel técnico y de la condición física de cada persona.

Beneficios biológicos

  • Mejora la forma y resistencia física.
  • Regula las cifras de presión arterial.
  • Incrementa o mantiene la densidad ósea.
  • Mejora la resistencia a la insulina.
  • Ayuda a mantener el peso corporal.
  • Aumenta el tono y la fuerza muscular.
  • Mejora la flexibilidad y la movilidad de las articulaciones.
  • Reduce la sensación de fatiga.

Beneficios psicológicos

  • Aumenta la autoestima.
  • Mejora la autoimagen.
  • Reduce el aislamiento social.
  • Rebaja la tensión y el estrés.
  • Reduce el nivel de depresión.
  • Ayuda a relajarte.
  • Aumenta el estado de alerta.
  • Disminuye el número de accidentes laborales.
  • Menor grado de agresividad, ira, angustia.
  • Incrementa el bienestar general