Redacción – Los primeros tres meses del año sumaron siete muertes en carretera vinculados a la conducción bajo los efectos del alcohol, lo que significó un promedio mensual de 2.3 decesos, mientras que solo en abril pasado perdieron la vida por esta posible causa 5 personas.

Bajo estas cifras, se desprende que abril registró un 71% de decesos por alcohol al volante respecto a los datos que se habían acumulado en el primer trimestre del año.

“Si teníamos poco más de dos muertos por mes, por alcohol al volante, como promedio, estamos hablando que abril duplicó la cifra que se estaba teniendo como media en el primer trimestre del año y es una alerta que debemos analizar para las vacaciones de medio año”, detalló el Comisario Mario Calderón, Director de la Policía de Tránsito.

Calderón se proyecta a las vacaciones de medio año, como un posible tema por atender con más prioridad, tomando en cuenta que durante el pasado mes de abril, cuando se incrementó la cifra de fatalidades por alcohol al volante, se tuvo el receso de Semana Santa, que fue aprovechado por muchas personas que tuvieron libre y se desplazaron a las playas.

De los 5 fallecidos por alcohol al volante, el pasado mes de abril, 2 personas perdieron la vida durante Semana Santa. Fue la única semana de abril que reportó más de un deceso por alcohol al volante. 

Como dato curioso, tres personas fallecieron en domingo y dos en sábado, lo que confirma que los días de mayor violación a la Ley de Tránsito, en este aspecto, son los fines de semana.

Tres personas perdieron la vida en la madrugada, uno pasadas las 8 de la mañana y otro a las 6 de la tarde.

“El tema del alcohol al volante siempre es prioritario, pero le vamos a prestar todavía más atención, tomando en cuenta que solo en Semana Santa hicimos 20 operativos de control de alcohol en carretera.

Es claro que el incremento en abril fue inusual con base en los datos que se venían dando.” recalcó el Comisario.

El funcionario indicó que la labor de la Policía de Tránsito se divide en dos, la preventiva y la represiva.

Como cuerpo policial, el consejo siempre va dirigido a la prudencia, la responsabilidad y el sentido común cuando se conduce; lamentablemente, muchos conductores insisten en conducir bajo los efectos del alcohol y se deben multar o se les remite al Ministerio Público, según el nivel de alcohol en sangre.

Solo en el primer trimestre del año, 217 conductores dieron positivo pero no ameritaron sanción económica.

Otras 48 debieron pagar una multa superior a los ¢300.000 por conducir con ciertos niveles de alcohol y otros 556 terminaron a las órdenes del Ministerio Público por conducir en estado de ebriedad.

Calderón insiste en que al margen de una multa o enfrentar un proceso penal, cada conductor y sus personas cercanas, deben asumir el tema con responsabilidad y amor propio.

No solo es el conductor que conduce en estado de ebriedad, es el esposo o la esposa que se los permite, es el papá que le ríe la gracia al hijo que conduce zigzagueante luego de consumir alcohol, son los amigos que se quieren ahorrar el taxi y se suben al carro con un conductor en estado etílico, concluyó.