Imagen ilustrativa

 Lic. Gustavo Araya

Especialista en Turismo


En virtud que he decidido iniciar una nueva etapa como comentarista de temas de Turismo y Viajes es indispensable conocer los atestados que me anteceden para que el lector pueda juzgarme correctamente. Esta será, espero, la primera y última vez que hablaré de mí.

En el año 2005, a los 28 años, por azares de la vida debí asumir el rol de Socio Administrador de uno de los hoteles más representativos e icónicos del país, en ese entonces el Hotel Herradura y Centro de Convenciones. Doce años después, y muchas historias que contar más,  acá sigo con muchos sombreros puestos de los cuales me he sentido muy orgulloso; Presidente de la Cámara de Hoteles desde 2013, Vicepresidente de la Cámara Nacional de Turismo, Miembro de la Comisión Reguladora de Turismo del ICT, uno de los tres asociados de Costa Rica en la International Congresss and Convention Association ICCA, algo así como la FIFA de los Congresos Internacionales, y en innumerable comisiones de seguridad, de competitividad, de mejora del Turismo, que uno pueda imaginar.

Cuando inicié en esto sabía muy poco de Administración Hotelera pero el “gusanito” del Turismo me había picado hacía muchos años atrás y, casualmente, mi carrera profesional también estuvo cerca al sector gracias a que en el Bufete que trabajaba contábamos con varios clientes inmersos en este mundo, así que, si puedo decir que aprendí “en cabeza ajena” viendo, analizando y comprendiendo adonde estaban las trabas para mis clientes de entonces. Pero no me quedé ahí y completé estudios o cursos en Hotelería, Turismo, Derecho Laboral y Contratación Administrativa con el fin de tener una mejor formación y un mejor criterio no solo en mis empresas, sino y más importante en mi labor en las Cámaras. No iba a permitir que el desconocimiento fuera una de las formas en que me “meterían un gol”.

Aprendí de costos, gastos, tiempos normales en que se prepara un cuarto, recetas de cocina, (tanto que se convirtió en mi hobby), pero también y más importante aprendí en donde están los problemas de los trabajadores en cada área, adonde desde la “legalidad” algunos que se pasan de listos podrían afectar a los trabajadores, y también como algunos de ellos se aprovechaban de los patronos. Entendí las “mañas” que utilizan algunos empleados en los restaurantes para el saqueo hormiga, para vender a los clientes productos de sus patronos sin que los facturen y ellos se ganen el dinero. También las artimañas de algunos patronos para no pagar el diez por ciento o pagar menos impuestos o reportar pérdidas, al adentrarme en las Cámaras.  Todo esto y mucho mas lo aprendí en este sector que tanto me ha dado y al cual mucho más le quiero devolver.

Han transcurrido ya doce años desde ese primer día 5 de mayo de 2005, pero la ilusión de ese primer momento en Turismo se ha mantenido desde entonces. Pero fue a partir del 2009 con mi inclusión en las Cámaras y Asociaciones que me adentré en el mundo del análisis y proposición de soluciones para los problemas de mi sector que me convertí en un asiduo estudioso de las estadísticas, número, respuestas por parte de quienes nos gobiernan para tratar de solucionar los problemas en los que estábamos envueltos.

Y es aquí donde una vez que me he presentado empiezo con el primero de los problemas que hace una “bola de nieve” con la cual se ocultan muchos de los otros problemas: El Sector cuenta con una casi nula información de índole económico. Somos expertos en saber, quien nos visita, cuando, de donde, nuestro perfil de cliente, etc, pero en cuanto al impacto económico, costos generales y otras cifras de suma importancia para obtener datos, pero sobre todo para hacer estrategia, estamos muy lejos.

Mucho de ello, hay que aceptarlo, obedece a la empresa privada que no colabora con la información, pero también hay que decirlo al poco apoyo que ha tenido el Banco Central (con quien múltiples veces me reuní) para buscar la forma de lograr el financiamiento de la Cuenta Satélite de Turismo. Los números con que cuenta el Banco Central se obtienen de una encuesta que realiza el Ministerio de Hacienda por un acuerdo con el Banco Central. Como lo mencioné, este es tal vez el primero error.

Sabemos de antemano que, si el Ministerio de Hacienda pide una información, pero aclara que no es obligación entregarla por no ser de materia Tributaria, el nivel de compromiso de del “encuestado” es muy bajo por lo que de acuerdo al propio decir del Banco Central, el total de empresas que informan de esto son cerca de 70. Si tomamos en cuenta que hay más de 2500 hoteles, 12.000 restaurantes, 200 Tour Operadoras, 300 Agencias de Viajes y un número sin cuantificar de lugares donde se realiza alguna actividad turística podemos determinar con certeza absoluta que lo que arroje esa encuesta, aunque estadísticamente cumpla con un propósito, ciertamente podría distar de la realizad.

Claro está que hay cifras muy valiosas que se logran de esta encuesta y otros controles cruzados que realiza el Banco Central como lo son los más de US$3.300 millones de dólares que dejó el Turismo en Costa Rica en el año 2016. Pero: ¿Cómo se generó esa cifra? ¿Cuánto corresponde a la Hotelería? ¿Cuánto a los restaurantes? ¿Cuánto de esos dineros se utilizaron en salarios? ¿Cuánto se utilizó en compra a los Agricultores Nacionales? ¿Cuánto de eso se le ha pagado al ICE, CNFL, ESPH y otras en electricidad? ¿Cuánto se le pagó al A&A en agua? ¿Cuántos impuestos hemos generado? Esas y otras cifras lastimosamente las hemos tenido que obtener de “reglas de tres” o cálculos matemáticos relacionados con las estructuras de costos de los hoteles, pero no de una forma concreta que pueda darnos una certeza absoluta de ello.

Es así como desde la óptica de la Cámara de Hoteles de la cual fui su presidente intentamos, inútilmente, que los últimos gobiernos requirieran los fondos necesarios a el BID para esta cuenta satélite. Claro que uno comprende que hay otras necesidades más inmediatas probablemente, pero esto obedece al segundo mayor problema del sector Turístico: la falta de políticas públicas generales para este Sector.

Dichosamente Costa Rica entera, incluidos quienes nos han gobernado, comprenden la importancia del Turismo, pero esa importancia no se ha traducido en políticas públicas en torno al Turismo. Así, el Ministerio de Gobernación y Policía por dar un ejemplo, toma medidas que afectan al Turismo sin mencionarlas al Ministro de Turismo. O bien, el Ministerio de Salud, se toman acuerdos que afectarán al Turismo, pero nunca se tomó la opinión del Sector. Esto ocurre un día si y otro también y conformo avancemos en los artículos cada día, profundizaremos en cada caso en concreto para que el lector se vaya haciendo una más sana y clara idea de lo que estoy mencionando.

Laboramos en este sector de acuerdo al último estudio del INEC más de 167.000 personas de forma directa, con necesidades y formas muy distintas a la de cualquier otro sector, pues trabajamos las 24 horas del día, los 365 días del año y con mucho más ahínco y perseverancia, precisamente en las fechas en que el resto de las personas descansan y sin embargo no contamos con un régimen especial que cubra y proteja de una mejor forma a quienes trabajamos en esto porque de nuevo, a pesar que nos jactamos de la importancia del Turismo, quienes toman las decisiones no tienen aún puesto ese sombrero como si lo tuvieron por ejemplo en cuanto a los agricultores en los años 40 y 50 donde las políticas públicas del país estaban enteramente relacionadas hacia el 40% de la población que se dedicaba a la agricultura de alguna u otra forma. Y eso lo vemos impregnado en las Leyes y Reglamentos de entonces que aún nos rigen hoy, como, por ejemplo, el periodo fiscal muy relacionado con la recolecta del café, o la Ley Seca durante fechas festivas, o los horarios de las jornadas laborales muy cerca lo que significaba labrar la tierra y muy lejos de lo que significa atender a un turista.

De todo esto y más tratará esta columna. Trataré de “arreglar el mundo en mil cuatrocientas palabras” o bien contarles de esos lugares mágicos que existen en Costa Rica gracias a la forma tan distinta, natural y tan tica en que hemos entendido el Turismo Nacional. En fin una nueva aventura en este magnífico mundo que es el Turismo, pero esta vez desde el teclado de mi computadora, eso sí, espero, que con una vista magnifica desde alguno de los rincones de este país.