Redacción- Hace dos décadas la vida le empezaba a sonreír a J.K. Rowling; el 26 de junio de 1997 y tras varias puertas que se  cerraron para la  escritora británica,  la editorial Bloosmbury apostó por Harry Potter y la Piedra filosofal y con apenas 500 copias el joven mago vio la luz en Reino Unido.

El resto de la historia es bien conocida, fueron doce las editoriales que rechazaron el primer manuscrito y se convirtieron en espectadores del éxito que arrasaron las aventuras del joven hechicero: el libro se convirtió en una saga que lleva vendidos 450 millones de copias y ha sido traducido a  79 idiomas alrededor del mundo.

A Harry Potter y la Piedra Filosofal le siguieron  La cámara secreta (1998), El prisionero de Azkaban (1999), El cáliz de fuego (2000), La Orden del Fénix (2003), El misterio del príncipe (2005) y Las Reliquias de la Muerte (2007), siete entregas de la saga que capturaron a millones de fanáticos en el planeta.

Se sumaron ocho adaptaciones a la pantalla grande  igual de exitosas y que catapultaron a la fama a actores como Daniel Radcliffe y Emma Watson.  Se estima que la compañía Warner Bros. recaudó más de 21.000 millones de dólares con la saga, convirtiéndola en una de las franquicias más lucrativas en la historia del cine.

La saga parecía haber quedado cerrada en el 2007, sin embargo, la franquicia retomó el año pasado con una obra de teatro Harry Potter y el legado maldito que corresponde a la octava entrega del popular universo mago.

Lo que pocos saben es que  Rowling, quien poseía una fortuna mayor a la de la Reina de Inglaterra (calculada en unos 450 millones de euros), pensó en suicidarse a principios de los 90 por problemas económicos y sentimentales tras un efímero matrimonio.