Redacción – Como es de conocimiento general, el sol es un gran causante de quemaduras en la piel por lo que es importante protegerla y darle los cuidados necesarios, para así mantener una piel saludable.

Para prevenir arrugas, manchas y otras enfermedades bastantes graves del sol, le brindamos los seis tipos de protección solar de acuerdo a su tipo de piel.

Tipo 1: Se refiere a pieles bastantes blancas, donde en  cuestión de segundos ya se queman. Personas que cuentan con el cabello muy rubio o pelirrojo, así como con pecas. En este caso, se recomiendo un factor de protección solar alto, de un 50 o más.

Tipo 2: La piel sigue siendo clara, pero no cuenta con el color tan blanco como la anterior. El cabello también es rubio, así como los ojos claros, en la mayor parte de las ocasiones. Se quema con bastante frecuencia pero no siempre como las anteriores. Es por ello, que con esta leve diferencia, hablamos de un factor 30.

Tipo 3: Aunque la piel es blanca, ya no se quema en tan poco tiempo. Parece que es un poco más resistente, pero aún así, tampoco hay que confiarse. Así que, en este caso podemos hablar de un factor que supere los 15.

Tipo 4: Entramos en un color de piel un poco bronceado. Ya no es tan blanca como las anteriores. Tanto el cabello como los ojos son castaños. Es bastante raro que se queme, así que elegimos un factor que ronde el número 10.

Tipo 5: La piel es bastante oscura, de este modo notamos que ya no se quema sino que se broncea de una forma muy rápida. Aún así, necesita de una buena protección para ella. Son números más bajos pero estaremos cuidándola de igual manera. Elige un factor que ronde el número ocho.

Tipo 6: El último tipo de piel es la piel más oscura o negra. Nunca se quema y por lo tanto el bronceado también es muy rápido. En este caso necesitarás un factor cinco o seis.

Además de eligir correctamente el protector solar, hay que romar en cuanta las horas de exposición, ya que puede jugarnos una mala pasada.

Esto es porque no debemos hacerlo durante las horas centrales del día. Intentar evitar las horas más complicadas. Desde las 12 del mediodía hasta las cuatro de la tarde, aproximadamente. Y aprovechar esos momentos para ir a pasear, de compras o de terrazas.