Redacción – Tras las erupciones reportadas el 23 de mayo y 11 de junio del 2017 del volcán Rincón de la Vieja, el equipo de vulcanología de Volcanes Sin Fronteras en conjunto con científicos del Laboratorio Nacional de Nanotecnologías (Lanotec), han realizado un análisis de las cenizas eruptadas con el Microscopio de Barrido Electrónico (SEM, por sus siglas en inglés), paradeterminar sus componentes.

SLos resultados arrojaron que las cenizas expulsadas están compuestas en su mayoría por minerales secundarios o de alteración, líticos (rocas preexistentes) y material juvenil (magma).

El porcentaje de magma en las erupciones alcanza el 30%, con una composición del 65% de SiO2 (óxido de silicio), es decir, se confirma la presencia de magma en las erupciones, que inclusive en algunas partículas se observa la interacción del magma con el agua.

Este tipo de erupciones se les conoce como freatomagmáticas, que no ocurrían en el volcán Rincón de la Vieja desde 1996.

En la figura adjunta se puede ver las partículas de ceniza juvenil, con tamaños de 0,15 mm que tienen concavidades, esto indica la expansión del gas del magma al ir en ascenso a la superficie, así como grietas o fracturas en la ceniza que se interpretan como el contacto del magma en ascenso con el agua.

 

 

Se concluye que las erupciones tienen un aporte de calor importante generado por el magma, que las hace muy violentas y que eventualmente podrían generar columnas eruptivas superiores a los 4 km de altura, formadas por fragmentos como ceniza muy fina (partículas menores a 2 micrómetros) hasta bombas (rocas mayores a 64 mm).

Asimismo, este tipo de erupciones puede extenderse desde semanas a varios meses.

Con información de Volcanes Sin Fronteras.