Redacción –  Si eres de las personas que le gusta dormir bastante y teme a que esta mal, tranquilo, tomar la siesta es muy importante ya que restablece el equilibrio físico y psicológico.

Por lo general los seres humanos pasan casi un tercio de vida durmiendo y descansando, y resulta fundamental  aprender qué pequeños gestos y costumbres en el  día a día  pueden facilitar la tarea de conciliar el sueño en cuanto se acueste en la cama.

Estos son algunos tips esenciales para que nuestro cuerpo esté saludable y con energías para afrontar cualquier tarea el día siguiente.

1- Siestas cortas

Dormir la siesta es beneficioso si por ejemplo no ha pasado buena noche o simplemente para continuar con energía toda la tarde, pero si son muy extensas será contraproducente.

Un máximo de 20 a 30 minutos nos sentará fenomenal. Más de eso podría hacer que por la noche no podamos conciliar el sueño.

2- Toma menos bebidas con cafeína

El café, el té o los refrescos pueden apetecer mucho a lo largo del día, pero la cafeína nos provocará más dificultad para dormir por la noche y también aumentan la necesidad de despertarse para orinar.

Hay bebidas relajantes que nos ayudarán a descansar mejor, como por ejemplo un vaso de leche caliente con cacao o con miel de azahar, una infusión de tila y flor de azahar, una infusión de valeriana, hay muchas y muy variadas y podrás encontrarlas en casi cualquier tienda o en un herbolario.

3- Haga ejercicio por la tarde

Hacer ejercicio al menos 30 minutos al día es muy beneficioso, pero hay que tener cuidado de cuando se practica ya que lo mejor sería practicarlo por la tarde unas 3 horas antes de ir a dormir.

Mantenerse activo durante el día haciendo cualquier tipo de deporte hará que consigamos un sueño reparador ya que cuando uno está cansado se duerme más rápido, se consigue un mayor porcentaje de sueño profundo y se despierta con menos frecuencia durante la noche.

Además, también tiene que ver con la temperatura ya que mientras dormimos la temperatura cerebral y corporal baja considerablemente por eso todo aquello que produce hipotermia favorece la somnolencia. De ahí  el deporte sea beneficioso puesto que primero calienta el cuerpo, pero pasadas unas horas se produce un enfriamiento general del mismo.

4- Desconectase de todo

Dos horas antes de meterse en la cama lo ideal es dedicarse a tareas que no produzcan ansiedad o preocupación como leer, ver la tele, escuchar música.

No es aconsejable contestar correos de trabajo, mirar las cuentas del banco o emprender discusiones acaloradas antes de acostarse.

 Un tiempo antes de irnos a dormir es el momento para tranquilizarse y aparcar los problemas laborales. Todas las preocupaciones hay que dejarlas fuera de la cama.

Practicar algún ejercicio de meditación, reflexionar sobre lo acontecido en el día o emplear unos minutos para elaborar una lista con las cosas que queremos hacer al día siguiente nos ayudará a organizar nuestra mente y estar más tranquilos.

5- Vístase cómodamente

Si ya tiene puesto el pijama y no consigues quedarte dormido, levántate de la cama y cámbieselo por otro, así harás que su cuerpo se sienta listo para descansar.

Mientras duermes, es frecuente que se enfríen los pies, que es la parte del cuerpo con peor circulación, esta sensación puede romper el sueño así que usa calcetines para dormir, favorecerá su comodidad y no se despertará.

6- Cena temprano

Se recomienda cenar temprano, debido  que la digestión dificulta el sueño además de que el hacerlo tumbado puede producir reflujo hacia el esófago.

Para evitar estos problemas, lo ideal es acostumbrarse a cenar por lo menos dos horas antes de acostarse. Hay que cuidar también el tipo de cena, que no sea muy pesada.

No obstante, tampoco es recomendable acostarse con hambre. Los dátiles son buenos para ayudarte a dormir, inclúyelos en su cena ya que el triptófano  ayuda a segregar melatonina, la hormona que regula el estado del sueño

7- Duerme menos de ocho horas

Según algunos expertos, la creencia de que se debe dormir ocho horas puede llegar a ser contraproducente.

Hay estudios donde revelan que las personas que duermen siete horas diarias tienen una tasa de mortalidad menor  a las que  duermen ocho horas o más.

Lo ideal estaría entre las 6,5 y las 7,4 horas, pero cada persona es un mundo,  hay personas que solo necesitan dormir cuatro  horas pero otras necesitan nueve.

8- Establece rutinas

Mantener las mismas prácticas y rutinas a la hora de dormir ayudan a combatir el insomnio ocasional.

Tener una serie de pautas que hagamos cada día antes de acostarnos nos será muy útil para que la mente y cuerpo se vayan preparando para el momento de descanso.

Es conveniente acostarse y despertarse siempre a la misma hora en la medida de lo posible tanto los días laborables como los festivos.

Emplear la cama sólo para dormir o practicar sexo, ya que, si una persona se acostumbra a ver la televisión, trabajar o realizar otras actividades sobre la cama, posteriormente pueden surgir dificultades para conciliar el sueño.

También se pueden llevar a cabo una serie de hábitos antes de marchase a dormir, como masajes o baños. Los baños calientes ayudan especialmente debido al cambio de temperatura que se crea al salir. Se trata de repetir acciones relajantes.

9- Levántese si no se duerme

Quedarse en la cama tras 20 o 30 minutos despierto tras haberse ido a dormir es un indicador de que no estamos relajados y, por tanto, nos va a costar quedarnos dormidos.

Levántese, lea o vea un poco la tele, trata de relajarse y distraerse de las preocupaciones del día y luego vuelve a la cama. Dar vueltas y vueltas en la misma durante horas no acelerará el proceso.

 

10- Cuida su “templo” del descanso

El lugar donde duerme debe ser un templo de tranquilidad y silencio.

Distracciones como el móvil, el portátil o la televisión deberán estar fuera de la zona de descanso. La habitación deberá estar ordenada y con pocos objetos alrededor para facilitar ese ambiente de tranquilidad que requiere un sueño reparador.