Redacción – El negocio parece haber salido redondo para el Everton, que le vendió a Romelu Lukaku al Manchester United por 85 millones de euros y repatrió, a su vez, a Wayne Rooney, el delantero surgido de su cantera allá por 2002, que en los Diablos Rojos alcanzó la gloria en enero pasado cuando convirtió su gol N°250 y se convirtió en el máximo goleador histórico del club de Manchester, superando nada menos que a Bobby Charlton.

Everton confirmó hoy oficialmente la llegada de su niño mimado, por el que pagó 30 millones de euros, una suma relativamente escasa para una estrella como Rooney, quien cumplió su sueño de regresar al club que lo vio debutar en la Premier League dejando en el camino montañas de dinero que le habían ofrecido, por ejemplo, de la Superliga China.

Rooney, que entre 2002 y 2004 jugó 77 partidos y marcó 17 goles en los Toffees, había militado desde entonces en el Manchester United, de donde se va tras haber ganado 16 títulos, entre ellos el de la Champions League 2007-2008.