Redacción –  En la vida existen elementos  diarios que pueden convertirse en nuestros enemigos y que muchas veces lo pasamos desapercibido por falta de conocimiento, por lo tanto al no saber  le causamos daño a nuestro cuerpo.

Es por esta razón que le daremos a conocer esos enemigos que pueden estar destrozando cuerpo, en especial la cara.

Hay maneras obvias de dañar su piel: tostarse al sol o pasarse horas al remojo en una piscina con mucho cloro.

Pero también como los cinco objetos y hábitos comunes que jamás pensarías que le pueden rasgar, secar e irritar. Se encuentran a nuestro alrededor y es muy probable que estés expuesto todos los días al menos a una.

SU TELÉFONO

Es el único objeto que está en contacto con su cara todos los días. Y no lo lavas nunca. Según algunos estudios, su móvil está cubiertos de más bacterias que ciertas superficies del cuarto de baño. Tienes dos opciones: utilizar auriculares para contestar a las llamadas o pasarle regularme toallitas limpiadoras.

 

SU AFTERSHAVE

Se afeita y luego le da palmaditas en la cara con la misma loción para el afeitado que utilizaba su padre. Huele bien y pica un poco, pero eso es lo que hacen los hombres. Pero también es muy probable que su alto contenido en alcohol te esté secando la piel.

Si tiene la piel muy aceitosa, los tónicos secantes y astringentes pueden ayudar, pero con la edad podrían hacer más mal que bien. Es recomendable  que utilice una crema hidratante.

SU COMIDA

Pues sí: pasar directamente del desayuno a la cena se le nota en la cara. Al saltarse comidas está cortando el flujo de nutrientes que necesita la piel para tener un color saludable.

Nos referimos a las proteínas, vitaminas o grasas saludables. Así que ya sabe: procura añadir proteínas a sus platos. Y matará dos pájaros de un tiro: no sólo mejorará el aspecto de tu piel, también lo hará el cabello.

SU ALMOHADA

La noche es el momento por excelencia para descansar y recargar las pilas. También es cuando la piel se refresca y se desprende de la piel muerta, que se quedará en tu almohada junto al aceite y las toxinas ambientales que se le van pegando a lo largo del día.

Para evitarlo se recomienda que lave la cara con jabón antes de ir a dormir. Y echa a lavar la almohada una vez a la semana (como mínimo).