Fotografía Diario Diez

Redacción- El astro del fútbol, Ronaldinho Gaúcho, se presentó este domingo en Honduras en un partido amistoso entre Motagua y el Real España y desató la locura entre los fanáticos y los mismos jugadores con los que compartió en el terreno de juego.

Un ejemplo de esa euforia que logró Dinho entre los jugadores, se puede resumir con un solo nombre: Wilfredo, «El Pistolero» Barahona, quien en medio del partido no aguantó las ganas de pedirle un autógrafo al brasileño para tatuárselo en su cuello.

«A Ronaldinho le dije que me diera su firma, que me la iba a tatuar en el cuello, él me respondió diciendo que si era en serio y yo le contesté que sí (…) También le dije que cuidado me hacía la broma de irse y no darme la firma. Van a dar 10 minutos para que él llegue a los camerinos y si  no va yo voy y lo busco, a mí me vale, yo soy loco, Ronaldinho no se puede ir sin que «El Pistolero» se quede sin la firma de él», comentó Barahona a Diario Diez.

El catracho no se conformó con la petición, sino que también se considera privilegiado por tener la posibilidad de cargar en sus hombros a una de las figuras más emblemáticas del balompié mundial.

«Mis hombros y los de Nicolás pueden darse ese privilegio de que cargamos a Dinho, ojalá que los medios de comunicación hayan tomado esa foto porque es algo histórico», resaltó el jugador.

Finalizando con lo de tatuaje, «El Pistolero» bromeó diciendo que si en algunos años se iba preso iba a valer mucho por tener la firma de Ronaldinho en su cuello.