Redacción-Un estudio, realizado en el 2017, demostró que la edad de inicio del consumo de alcohol en menores ronda los 13 años. Ante este hecho, inevitablemente surge la pregunta: ¿Cómo puedo proteger a mi hijo o hija?
De acuerdo con el Dr. Gerardo Tálamo, PHD y especialista en el consumo de alcohol en menores de edad, la mejor protección es una comunicación efectiva y un manejo inteligente frente a la situación. Así lo deja en claro en su libro: “¡HABLA! Con tus hijos sobre el alcohol”, el cual plantea un modelo especial para abordar esta problemática de manera efectiva.
Además de su experiencia personal, el método planteado en el libro se nutre de una amplia revisión de la literatura científica actualizada que provee la base de conocimiento necesaria para hacer aún más robusto el aprendizaje de los interesados.
Estos son tres consejos básicos para alejar a niños y adolescentes del consumo temprano de alcohol, según el Dr. Tálamo:
- Comunicación: la base esencial
Uno de los aspectos más sobresalientes y que engloba la teoría del método del Dr. Tálamo, está al alcance de nuestra mano: una comunicación efectiva. Tres consejos puntuales ayudan a construir esta red de seguridad para nuestros hijos:
- Escuche a sus hijos: Prestar oídos atentos a lo que nos dicen sobre el alcohol los niños y adolescentes de la casa, ese es el mejor camino a una buena comunicación. Esta será la base para entender la situación real de nuestros hijos en su contexto.
- Tenga una opinión informada: Los responsables de los niños y jóvenes deben tener claro cuáles son los efectos nocivos del alcohol en los menores de edad, cómo incide éste en su comportamiento y qué riesgos implica.
- Sea firme de forma afectuosa: La prohibición debe ser rigurosa y al mismo tiempo afectiva haciéndoles ver las consecuencias que el alcohol puede llegar a tener en sus vidas.
- A diferentes edades, diferentes aproximaciones
Con los niños se puede hablar sobre el alcohol desde una edad temprana. Para el Dr. Tálamo, esto puede iniciar desde los 5 o 7 años, edad en que el tema puede manejarse desde el punto de vista de la higiene, salud y alimentación sin centrarse en el alcohol, pero incluyéndolo.
Poco después, entre los 8 y los 11 años, los menores están capacitados para entender los efectos nocivos y puede írseles enseñando según lo que se vaya percibiendo de nuestros menores y de su entorno, especialmente de sus amigos cercanos. Finalmente, a partir de los 13 años, una etapa que concuerda con el paso de la educación primaria a la secundaria, es momento para conversar claramente sobre los riesgos de consumo.
- Ponga atención a los comportamientos de riesgo
“Esta combinación de búsqueda de sensaciones novedosas y fuertes, necesidad de satisfacciones inmediatas y baja autorregulación, aumenta el riesgo en los comportamientos de los adolescentes.
La investigación ha encontrado que los adolescentes que muestran estas últimas características muy marcadas y recurrentes, tienen un nivel de riesgo más alto de iniciarse temprano en el consumo de alcohol y drogas.