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Redacción- La iniciativa pretende perseguir que las personas y empresas retomen su responsabilidad de construir y mantener en sus propiedades las aceras en buen estado y apoyar a ‘Hagamos Aceras’ en su labor de construirlas en sitios donde puedan ayudar a las comunidades a embellecerlas. Actividad se realizó el martes 3 de octubre.

En el evento se dedicaron a dar vida a una acera distinta, plasmando su propio estilo y sello en pro de marcar un precedente en el arte urbano costarricense.

Considerar que a los ciudadanos se les dificulte transitar por las aceras con comodidad y seguridad por diversas razones, por ejemplo, a causa de que un vehículo invada el espacio peatonal impidiendo el paso de madres con sus bebés en coche o personas con capacidades diferentes, es lamentablemente una realidad muy común en nuestros días.

Es por eso que la Organización No Gubernamental “Hagamos Aceras”, se ha dado a la tarea de poner su granito de arena en el proceso de revalorar las aceras desde un punto de vista cultural; y para ello ha apelado a la voluntad y generosidad de talentosos y reconocidos artistas plásticos costarricenses.

“Para realizar el lanzamiento de la campaña “Hagamos Aceras” planteamos la idea de darle vida a nuestras aceras regresando a nuestras raíces costarricenses, pintándolas con tizas, piedras, carbón, pinturas de agua, papel, lienzos; en general arte callejero, todo esto con el objetivo de generar un impacto sociocultural, pero sin dañar los espacios públicos”, comentó Patricia Osorio, vocera de la ONG “Hagamos Aceras”.

Combinando experiencia y juventud, gracias al apoyo voluntario de artistas como Elizabeth Arguello (destacada muralista) y Ariane Garnier (artista costarricense de fama internacional), este proyecto se ha convertido en toda una realidad, dado su compromiso con la campaña en la cual han puesto a disposición todo su conocimiento y experiencia en favor la misma.

Ellos dedicaron un día de trabajo voluntario para darle vida a una acera del centro de San José, cada uno con su propio estilo y técnicas, dejando marcado su propio sello en pro de marcar un precedente en el arte urbano costarricense. En total se dispusieron tres días distintos para llevar a cabo las obras.

La ONG “Hagamos Aceras” también contó con el valioso apoyo de la Municipalidad de San José y el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (ICODER), entidades que otorgaron los permisos necesarios para la realización de las diferentes obras, utilizando aceras bajo criterios como el deterioro de las mismas, concurrencia peatonal y accesibilidad de los espacios.