Redacción- La emergencia nacional provocada por la Tormenta Tropical que está azotando nuestro país es de dimensiones más grandes de lo que inicialmente se pensó.

Los daños en infraestructura, producción agropecuaria y otras actividades económicas, así como en vivienda y enseres domésticos son indudablemente devastadores.

A la Iglesia le preocupa grandemente que el impacto de este tipo de desastres incrementa la pobreza de los sectores socioeconómicamente más vulnerables de nuestra población. Así, pues, la caridad les apremia para ser solidarios una vez más con el pueblo.

Por tal motivo, se suspende temporalmente la colecta en favor de los sufridos pueblos de México y varias islas del Caribe afectados gravemente por los sismos y los huracanes que los han afligido.

A la vez, convocan a una gran colecta nacional en todas las iglesias parroquiales y filiales para el próximo sábado 7 y domingo 8 de octubre.

La normativa jurídica nacional establece que “Toda colecta pública que se realice con el fin de recolectar recursos o bienes para atender una emergencia deberá contar con la aprobación previa de la CNE. Las ayudas y donaciones consistentes en dinero en efectivo se depositarán obligatoriamente en el Fondo Nacional de Emergencias” (artículo 41 del Reglamento de la Ley Nacional de Emergencias y Prevención del Riesgo”, Decreto Ejecutivo Nº 34361-MP).

De acuerdo con ello, la colecta será depositada en el mencionado Fondo, en orden a que sean aplicados en el Plan Nacional que el Estado diseñe para atender  esta emergencia.

Al igual que en otras ocasiones de emergencia, los Obispos hemos dispuesto que en las distintas parroquias se facilite el uso de los salones parroquiales para la atención de las personas y familias afectadas.