Redacción- La higiene personal es sumamente importante y más cuando se trata de un paciente encamado. La higiene es un aspecto fundamental asociado a la salud, máxime cuando se trata de una persona con alguna discapacidad o enfermedad.

Para que el paciente no sienta que el cuidador invade su intimidad es esencial conocer sus necesidades y crear un lazo de confianza entre ambas partes.

Una encuesta realizada en Costa Rica y México por la marca TENA, reveló que los cuidadores primerizos o familiares a cargo de adultos mayores no cuentan con la capacitación e información suficiente para realizar una correcta higiene al paciente encamado.

El 78% del cuidado de estos pacientes recae en mujeres adultas.

La enfermera Grettel Obando añadió que los cuidados generales del paciente deben estar adaptados a su situación, pronóstico y ubicación. Es necesario establecer prioridades de cada momento.

“Dado que el cuidado de nuestros mayores es inherente a la sociedad en la que vivimos y que tarde o temprano, todos seremos cuidadores o precisaremos de cuidados, es importante no olvidar que el cuidador tiene que atenderse bien a sí mismo para poder cuidar mejor de los otros”, expresó, Obando.

Lo que se debe cuidar de un paciente encamado es lo siguiente:

La piel: el cuidado de la piel es importante tanto en la persona sana como en la enferma. La deshidratación, la medicación, el encamamiento, etc. pueden provocar desde problemas leves como picazón por una piel seca, hasta problemas más serios y difíciles de tratar como las úlceras por presión.

Cuidado de la boca: La afectación de la boca en estos pacientes supone un malestar frecuente e importante y en muchas ocasiones puede afectar a la familia, ya que genera problemas y dificultades a la hora de alimentarse y de comunicarse.

Alimentación e hidratación: Es frecuente que en la situación en la que está el paciente aparezca anorexia o falta de apetito. Cuando un paciente es incapaz de alimentarse e hidratarse como lo hacía antes de la enfermedad se genera, tanto en él como en su familia, un estado de angustia y malestar.

Actividad física: la disminución de su capacidad física conlleva una pérdida progresiva de autonomía en el paciente, que puede generar tanto en él como en la familia un cierto grado de ansiedad, malestar y preocupación.

Cuidados del sueño: El reposo y el descanso son aspectos muy importantes ya que permiten un cierto grado de recuperación del cansancio del enfermo. La alteración del sueño suele ser muy frecuente en este periodo de la vida.

La marca ofrece para estos pacientes encamados una serie de productos aliados: Protectores anatómicos, predoblado (protectores de cama) y toallas húmedas. La frecuencia con la que se debería cambiar el paciente es tres veces al día con el objetivo de que siempre permanezca limpio y libre de infecciones.

“El apoyo de familiares, amigos o personal de salud es fundamental para que el adulto mayor se adapte a los cambios que se producen a esta edad. Si el adulto mayor cuenta con el apoyo necesario se puede prevenir sentimientos tan negativos como la soledad y la tristeza que lo pueden conducir a la depresión”, concluyó Obando.