Redacción-La lista de inmuebles declarados e incorporados al patrimonio histórico-arquitectónico de Costa Rica tiene un nuevo integrante: la Casa Saborío González.

Es  “una dama josefina” ubicada en Barrio Amón, lugar donde a inicios del siglo XX muchas familias de la clase cafetalera agroexportadora eligió para asentar sus elegantes viviendas de estilo europeo.

“Barrio Amón, junto con Otoya y Aranjuez, se podría considerar como la zona patrimonial de San José, porque allí se conjuntan una serie de viviendas que todavía preservan su estado original, y esta es una de esas. Debido a lo difícil que resulta una declaratoria a nivel de conjunto, porque se necesita una ley expresamente para eso; entonces, hay que hacer declaratorias puntuales como se hizo esta”, expresó William Monge, director del Centro de Patrimonio.

La Casa Saborío González es más conocida como la “Casa Verde”, aunque según el estudio técnico realizado para su declaratoria como patrimonio histórico-arquitectónico, ese no fue su color original, sino el azul. Originalmente y durante mucho tiempo fue casa de habitación, años después hotel, y hoy es sede de oficinas administrativas del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), su actual propietario.

El Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura y Juventud realizó dicha investigación a cargo de profesionales en Historia y Arquitectura, lo que culminó en la recomendación de la declaratoria dada mediante el Decreto N° 40662-C, firmado por el presidente de la República y la ministra de Cultura y Juventud en agosto pasado y publicado en La Gaceta Nº 237 del 14 de diciembre del 2017.

Según estipula este decreto, los valores que reúne el inmueble para merecer su declaratoria e incorporación como patrimonio nacional, consisten en varias razones: la Casa Saborío González fue construida a principios del siglo XX, durante la época de auge del ciclo cafetalero costarricense hacia los mercados mundiales. El estilo victoriano que la caracteriza “representa los más altos valores sociales e ideológicos de la elite social y económica costarricense durante más de un siglo”.

También establece el decreto que la Casa Saborío González es fiel representante de la tendencia arquitectónica que se dio en el país durante su época constructiva, lo cual se evidencia en su diseño formal, elementos ornamentales y funcionales que son representativos de la arquitectura victoriana. Además, y no menos importante, este inmueble goza de un buen estado de conservación e integridad que la hacen merecedora de esta distinción “para su conservación, preservación y el disfrute de las generaciones futuras”.

Historia de la Casa Saborío González.

Uno de los primeros y más importantes inmuebles de estilo victoriano que se construyeron en Barrio Amón, fue la casa de habitación del hacendado cafetalero y cacaotero Carlos Saborío Yglesias y su esposa; Celia González Ramírez.

La propiedad donde se construyó la Casa Saborío González fue segmentada de una finca madre extensa, propiedad de la United Fruit Company.

En el año 1908 el ingeniero Salvador González Ramírez, compró la propiedad para construir su propia casa de habitación, pero en 1912 la vendió a su hermana Celia y a su cuñado. Por encargo de Carlos Saborío, el ingeniero González contrató en los Estados Unidos una casa prefabricada de estilo victoriano que fue construida entre 1913 y 1915, y que inauguró en 1916.

En aquella época la casa tuvo un total de 30 aposentos, cada dormitorio contó con su propio sistema de tubería de bronce para agua caliente y fría, una amplia tina y todos los herrajes de ventanas y puertas elaborados también en bronce. Lucía, hace un siglo atrás, color azul con tonos contrastantes en celeste, gris y blanco, según afirmó durante la investigación del estudio técnico el ingeniero Ricardo Orozco Saborío (qpd), descendiente del propietario original.

Carlos Saborío Yglesias murió en 1918 de forma súbita y su familia se trasladó a Estados Unidos, la hermosa casa permaneció parcialmente desocupada por largos períodos de tiempo al pasar por diversos propietarios, hasta que en 2004 fue vendida y convertida en hotel debido a la cantidad de aposentos que posee. Actualmente es propiedad del Instituto Tecnológico de Costa Rica, institución que vela por su conservación y buen uso.

Para 2018, luego de poco más de un siglo de existencia, esta “dama de alcurnia” aún luce su garbo. La Casa Saborío González se mantiene en pie, sin mayores alteraciones que desvirtúen su lectura original conservando un alto grado de autenticidad y, además, fue distinguida como Patrimonio Histórico-Arquitectónico de Costa Rica.