Redacción- Todos saben que Cristo murió en la cruz por la salvación de todos las personas, pero pocos conocen que la asfixia fue la causa en si de la muerte de Jesucristo.
Para poder respirar y ganar aire Jesús tenía que apoyarse en sus pies, tratar de flexionar sus brazos y dejarse desplomar para que la exhalación se produjera. Sin embargo, debido a los golpes que recibió durante su flagelación lo llevaron a un tremendo dolor que afectó aún más su respiración.
«Según estudios es posible que Jesucristo haya sufrido un severo edema pulmonar (fluido acumulado en el tejido pulmonar) y una efusión pleural (fluido acumulado dentro de la cavidad del pecho que comprime los pulmones) a tal grado que lo asfixió porque le fue imposible circular oxígeno apropiadamente.» aseveró el doctor Alex Calvo.
Como resultado de la posición en la que estaba Jesuscristo cada esfuerzo de respiración se volvió cansado y agonizante, por lo llevo a la asfixia y finalmente a su fallecimiento.