AFP

Agencia – El presidente Daniel Ortega mostró su rostro más brutal la tarde del miércoles en Nicaragua, tras ordenar el ataque a una gigantesca manifestación encabezada por las madres de las víctimas de la represión de abril en este país. La acción de Ortega dejó 15 muertos, entre ellos un adolescente de 15 años y otros 79 heridos, según el recuento del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).

Numerosos testigos informaron que seguidores del Frente Sandinista, grupos parapoliciales y oficiales antidisturbios dispararon contra los manifestantes, que marchaban desarmados por la céntrica Carretera a Masaya de Managua.

La Conferencia Episcopal de Nicaragua condenó lo que llamó “hechos violentos perpetrados por grupos armados a fines al Gobierno” y aseguró que no se puede reanudar el Diálogo Nacional –del que la Iglesia es mediadora– “mientras al pueblo se le siga negando el derecho a manifestarse libremente y continúe siendo reprimido y asesinado”.

Ortega pretendía que el diálogo, en el que se pretende hallar una salida a la crisis, se reanudara la próxima semana, después de un impasse tras la intransigencia del Gobierno de no querer discutir temas relacionados a reformas que garanticen la democratización del país, que pasan por un adelanto de elecciones. Ortega pretende otorgar algunas concesiones mientras se le permita mantenerse en el poder hasta 2021. La matanza del miércoles complica cada vez más los planes del mandatario.

Escenas de pánico se vivieron a partir de las 5:00 p.m. hora local, cuando los manifestantes caminaban hacia la Universidad Centroamericana (UCA) y a esa hora comenzaron a estallar disparos desde el Estado Nacional y la UCA por su parte, abrió el campus para refugio de las personas en su interior.

Los testigos informaron que varias personas comenzaron a caer heridas sobre el pavimento. Grupos de paramédicos y ambulancias se movilizaron hacia la zona, aunque algunos heridos tuvieron que ser trasladados en motocicletas a varios hospitales de la capital. También hubo ataques al canal 100% Noticias, que en abril fue censurado por Ortega, y a la Radio Ya, afín al Gobierno.

La violencia se desató minutos después de que el presidente, Daniel Ortega, diera un discurso en una marcha que había sido convocada por el Gobierno en otro punto de la ciudad, con la que el mandatario pretendía demostrar la estabilidad del Ejecutivo. Ortega reaccionó a las críticas hechas por la cúpula empresarial, que exigió la noche del martes un cambio de Gobierno y el cese de la represión.

“Nicaragua no es propiedad privada de nadie. Nicaragua nos pertenece a todos y aquí nos quedamos todos”, dijo el mandatario nicaragüense.

La manifestación ocupó 3,9 kilómetros de la céntrica Carretera a Masaya, punto neurálgico de la economía de la capital. Centenares de miles marcharon de forma pacífica, decían consignas contra el Gobierno y en apoyo a los estudiantes, que son los principales protagonistas de esta rebelión ciudadana, que acumula ya más de 80 muertos. Entre ellos estaba el escritor y ex vicepresidente Sergio Ramírez, para quien la manifestación era “una demostración de fe en el futuro”.

Ramírez afirmó a este diario que “en Nicaragua, a pesar de la tragedia que hemos vivido y los crímenes masivos que se han cometido, el pueblo tiene fe en que la paz vendrá y la única manera de que venga la paz es la democracia”.

El País