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Redacción – En los últimos días, los costarricenses han manifestado una serie de versiones acerca del tema del suicidio, que hoy representa la realidad y actualidad de miles de personas alrededor del mundo. Por esto, la Universidad Nacional (UNA), ha decidido crear una cápsula que le permita a las personas saber cómo detectar y así, prevenir el aumento de casos de la autoeliminación.

«Es importante mencionar que el suicidio no es una decisión que se toma de la noche a la mañana, sino que es todo un proceso que conlleva ciertas etapas y es importante que nosotros, como profesionales de ayuda, podamos meternos en este proceso para que al final, la última etapa que es el suicidio consumado, no se de», aseguró el orientador, Jorge Robles.

Por su parte, la psicóloga Laidy Aguilar afirma que no todas las personas que tienen la intención de suicidarse, llegan a expresárselo a sus familiares o cercanos. La especialista dice que hay personas con ideas de autoeliminación por antecedentes, situaciones familiares o porque están en medio de una crisis, con ideas muy negativas sobre sí mismos, sobre su futuro y otros factores similares, otras que lo intentan y otras que llegan al suicidio consumado por las razones anteriores.

La académica de la Escuela de Orientación de la UNA, Catalina García, destaca que los expertos en el tema como psicólogos, psiquiatras, docentes e incluso familiares, deben estar alertas a cualquiera de los indicadores que pueden llevar a quitarse la vida y siempre mantener una relación atenta y cercana con la víctima de las posibles crisis.

«Creo que toda persona en algún momento ha sentido esa desmotivación de no querer seguir viviendo con ciertas condiciones de vida y para esto están los profesionales», detalló García.

¿Cuáles son las etapas del suicidio?

  1. Ideación suicida: Es la idea que se crea una persona con intenciones de autoeliminación por factores de crisis, con aislamiento y depresión.
  2. Amenaza verbal: La persona puede comentarle a una persona de confianza como a su mejor amigo, que tiene intenciones de quitarse la vida, hace algún escrito como alguna carta o alguna poesía.
  3. Gestos suicidas: Los llamados gestos suicidas son aquellos intentos de la autoeliminación con pocas posibilidades de «éxito», como los cortes en las venas que se presenta mayoritariamente entre adolescentes o una sobredosis de pastillas.
  4. Tentativa: Cuando se da el suicidio fallido.
  5. Suicidio consumado: Cuando la persona se quita la vida.

Puede que las personas salten de una fase a otra o que las cumplan todas, pero normalmente cumplen alguna antes del suicidio. Este tipo de señales deben ser percibidas por expertos y personas cercanas para que se proceda a ser tratado y no se llegue a un tipo de suicidio frustrado o, en el peor de los casos, uno consumado.

«No se puede decir que una persona que lo dice, no lo va a hacer o el típico «perro que ladra no muerde». En esto casos no podemos pensar que la persona nos está manipulando, si la persona lo dice y lo verbaliza, es todavía más riesgoso», aseveró Aguilar.

Los expertos recomiendan mantener bajo la lupa los casos de niños y jóvenes que sufren de acoso escolar o que enfrentan alguna crisis familiar o social, pues estos son los casos que pueden crear una fase de conflicto existencial o de depresión que llevaría a la autoeliminación. Además, afirman que «evitar un suicidio salva más que una vida», porque evita que se cree un círculo de dolor ante una pérdida de este tipo.

Los educadores deben mantener una cercanía con todos sus estudiantes, sin excepción, para determinar cualquier factor que les complique la intención de vivir y también, las personas cercanas deben procurar manifestarle a quien tenga estas ideas, el verdadero sentido y los propósitos de vida.