Redacción- Grandes proyectos, sueños y promesas desaparecen en menos de un segundo para los protagonistas y las víctimas de un accidente de tránsito. Mientras para el Estado detrás de cada historia surge una nueva obligación por los años potencialmente perdidos o porque la persona debe enfrentar una discapacidad.

Sin embargo, las autoridades desconocen cuáles son las dimensiones de este nuevo escenario ante la pérdida de gran potencial humano y que se está convirtiendo en la nueva epidemia del Siglo XXI.

Las autoridades de la Organización Mundial de Salud (OMS) proyectan que los traumatismos por accidentes de tránsito aumentarán y pasarán a ser la quinta causa principal de mortalidad en el 2030. Cada año, 1.2 millones de personas pierden la vida por un accidente de tránsito. Mientras que entre 20 a 50 millones quedan con una discapacidad. Y a nivel de inversión, los países deben destinar 1.5 a 2 % de su Producto Interno Bruto (PIB) para atender este problema de salud pública.

Por este motivo, la Dra. Yerely Carmona López desarrolló la investigación “Evaluación de la carga por mortalidad en accidentes de tránsito en Costa Rica de 1990 al 2016”, con la cual obtuvo el grado de Licenciatura en Medicina y Cirugía de la Universidad Hispanoamericana (UH).

Este estudio se realizó en coordinación con la Unidad de Investigación a cargo el Dr. Ronald Evans y el Dr. Jose Daniel Pérez con el objetivo de ayudar a la sociedad costarricense en la prevención de algunas enfermedades o comportamientos para mejorar la calidad de vida.

Cabe señalar que este es el primer estudio de los accidentes de tránsito bajo este enfoque, que analiza y utiliza los nuevos indicadores de salud, que vienen promoviendo el Instituto de Métricas y Evaluación de Salud (IMHE) de la Universidad de Washington siglas en inglés) y la OMS, en base a las diferentes estadísticas de los últimos 27 años. Muchas de las tesis de los últimos egresados de medicina de la UH están siendo elaboradas haciendo uso de estas métricas de salud, con la ayuda del personal de la Unidad de Investigación.

“Esta investigación tiene como objetivo principal dar a conocer el impacto que provocan los accidentes de tránsito en lo referente a la mortalidad en la población costarricense y el problema que este implica a la salud pública, al exponerla. De tal manera con el fin de que los costarricenses creen conciencia y logren generar cambios en las carreteras” señaló la Dra. Carmona López

Dra. Carmona junto al Dr. Evans

LA NUEVA EPIDEMIA DEL SIGLO XXI

La Dra. Carmona López estudió las estadísticas por defunciones del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC) y de la base de datos sobre Costa Rica del Instituto de Métrica y de Evaluación en Salud de la Universidad del Estado de   Washington, en los Estados Unidos.

A partir de estos datos de la mortalidad  por accidentes de tránsito en Costa Rica del año 1990 al 2016 según provincias y cantones, la investigadora logró identificar las tasas de mortalidad debidas a accidentes por cada 100.000 habitantes así como las tasas de los años de vida potencialmente perdidos por accidentes y la de  los años vividos con discapacidad por accidentes de tránsito.

También se obtuvieron  las tasas de los años ajustados con discapacidad por accidentes de tránsito. Por último, revisó la relación y el cambio porcentual de los accidentes de tránsito con la mortalidad general.

De esta forma, por más de dos décadas, los decesos han tenido un comportamiento constante.

A nivel de las provincias, al revisar las tasas de mortalidad de los últimos cinco años encontramos que Guanacaste, Puntarenas y Limón ocupan los primeros lugares al tener las tasas más elevadas. Un comportamiento que se repite a lo largo de los 27 años analizados.

TASAS DE MORTALIDAD POR ACCIDENTES DE TRÁNSITO (por 100.000 habitantes) EN LAS PROVINCIAS DE Costa Rica. Quinquenio 2012-2016.

AñoSan JoséAlajuelaCartagoHerediaGuanacastePuntarenasLimón
201210.1614.7110.8510.8919.2323.8424.23
201310.5114.057.8110.7221.1821.9620.83
01410.3415.328.1310.7623.6225.1316.82
201512.1216.039.4012.6427.6324.5724.45
201612.3821.749.5115.6730.4328.4725.51

Para el 2016, Guanacaste alcanzó una tasa de mortalidad de 30.43 por cada 100.000 habitantes, la más alta de este quinquenio. En segundo lugar, Puntarenas con una tasa de 28.47 por cada 100.000 habitantes. En tercer lugar, Limón con 25.51 por cada 100.000 habitantes. Las tasas más bajas correspondieron a Cartago.

Otro dato interesante de esta investigación es que las tasas más altas de mortalidad en cantones pertenecen a las tres citadas provincias con los principales índices.

La Dra. Carmona López explica que “el cantón de Garabito alcanzó una mortalidad extrema y una tasa de 38,59 muertes por cada 100.000 habitantes. Es impresionante como el cantón de Garabito pasó de ser el último entre el 2010-2012 y que 5 años después se encuentre ocupando el primer lugar, con tasas de altísima mortalidad.

En segundo lugar, se encuentra Carrillo, con una tasa 29,91 muertes.

En tercer lugar, Parrita, con una tasa de 29,31.

En el cuarto lugar Osa, con una tasa de 28,43 y, en el quinto lugar, Matina, con una tasa de 27,22 muertes por cada 100.000 habitantes”.

Al contrario, los cantones con menores tasas de mortalidad son Turrialba, Jiménez y Oreamuno.

En relación con los costos para el Estado es necesario dimensionar los años perdidos por cada muerte en carretera.

“Para el año 1998 se obtuvo la mayor cantidad de años de vida perdidos con una tasa de 913,82 muertes por cada 100.000 habitantes en total, de las cuales 868,02 corresponden a los accidentes en carretera.   De estos, los más afectados son los peatones, quienes alcanzan su mayor tasa en el año 2001 de 452,14 muertes por cada 100.000. Posteriormente, se encuentran los ocupantes de vehículos, con una tasa de 252,16 para el año 1998. Quienes se ven menos afectados son los motociclistas, los ciclistas y otros lesionado” detalló la Dra. Carmona López.

Sin embargo, la cifra de años vividos por discapacidad ha mantenido un comportamiento de ascenso, aunque entre 2015 y 2016 se nota un leve descenso.

Según la investigadora Carmona López para el año 2015 se obtiene el mayor incremento con una tasa de 130,23 en total por cada 100.000 habitantes. De las lesiones sufridas en carretera los más afectados son los ocupantes del vehículo, quienes obtienen la mayor tasa de  45,33 en el año ya mencionado. Los peatones alcanzan la mayor tasa en el año 2012 con 30,84 pérdidas por cada 100.000 habitantes. Los ciclistas la obtienen en el año 2002 con 19,03 y los motociclistas con 15,94 pérdidas en el año 2015. Para el año 2014 otros lesionados obtienen una tasa de 15,72 pérdidas.

La suma de los años de vida perdidos más la suma de año vividos con discapacidad forman un novedoso indicador de salud llamado “Años de vida ajustados por discapacidad (AVAD). En este caso de accidentes de tránsitos, el componente que aporta más son los años de vida perdidos, ya       que las muertes ocurren en edades tempranas de la vida.

A nivel de sexos, los hombres predominan con una tasa de 208,66 pérdidas por cada 100.000 habitantes.  Hay que incluir la tasa para las mujeres. Otro detalle importante es quienes se vieron más afectados por años vividos con discapacidad fueron los ocupantes de vehículo, seguidos de peatones, ciclistas y, por último, Motociclistas.

En esta carga por accidentes accidente el concepto de años de vida ajustados a la discapacidad (AVAD) tiene un papel importante, la cual es una medida que permite calcular las pérdidas de vida sana, ya sea por mortalidad prematura o por el tiempo vivido con una salud menguada.

Total, de tasas de AVAD (por 100.000 habitantes) según el tipo de accidentes de tránsito en Costa Rica, 1990-2016.

En estos 27 años, se nota que a partir del 2001 inicia un descenso. No obstante, en 1999 cuando se alcanzó la mayor tasa de años de vida ajustados a la discapacidad con un total de 1031,17 años perdidos por cada 100.000 habitantes, con una tasa de 981,18 años perdidos por los accidentes que ocurren en carretera.

En el año 2001, el peatón alcanza una tasa de 479,93 años perdidos, mientras que para el año 1998  alcanza 291,65 años perdidos en el tipo de accidente por ocupante de vehículo. Los motociclistas alcanzan su mayor tasa en el año 1999 con 138,4 años perdidos. Los ciclistas  obtienen una tasa de 70,91 años perdidos en el año 1998. Otros lesionados, para el 2013, obtienen su mayor tasa de 29,9 años perdidos.

Se insiste, estos años de vida ajustados por discapacidad  (AVAD) afectaron principalmente a los peatones, luego  a los ocupantes de vehículo y, por último, a los ciclistas. Un comportamiento diferente a las tasas de años únicamente por discapacidad.

Con respecto al porcentaje y al cambio porcentual de mortalidad general por accidentes de tránsito, se concluye que el año con mayor porcentaje fue el 2002 con 4,49% (en otras palabra, ocurrieron 5 defunciones por cada 100 muertes) y el año con menor porcentaje fue 1996, con 2,98%. Por lo tanto, los últimos dos años del estudio presentaron un cambio porcentual negativo.