Con la mano en su boca, como quien desea decir o gritar algo, pero mejor guarda silencio.

Redacción– Diego Armando Maradona, ídolo de la afición de Argentina por su gesta en México 86, es y será una figura que nunca pasará desapercibida. Después de que la FIFA lo relegara como canciller del Mundial Rusia 2018, El Díez -como le llaman- llegó más tranquilo para ver el partido de su selección ante Francia.

Esta vez no  hubo exabruptos ni insultos para los aficionados contrarios. Se mantuvo más calmado y sereno. Sin embargo, los gestos de su rostro lo decían todo. Los cuatro goles de los franceses hirieron su orgulloso corazón albiceleste…

Maradona es querido y odiado por el mundo. Sus constantes capítulos con el alcohol y otras drogas lo han llevado a estar en el ojo de la polémica. Así vivió Diego el último juego de Argentina en Rusia.

El Diez entró feliz al estadio y celebró las dos anotaciones de su equipo con serenidad.

Desde su palco, alentó a su selección para vencer a Francia. Aquel apoyo fue insuficiente…

 

Poco a poco, el semblante de Diego fue cambiando. Incluso, los besos con su pareja desaparecieron.

 


 

Impotencia desde el palco. Maradona desde ahí no podía hacer nada más que ver el partido.

 

Aunque nunca grito improperios y se mantuvo calmado, su rostro revelaba que no estaba relajado y, mucho menos, disfrutando del juego.

 

Con la mano en su boca, como quien desea decir o gritar algo, pero mejor guarda silencio.

 

Sin decir una sola palabra, El Diez salió de su palco después de que su selección quedara eliminada, tras caer 4 goles a 3 contra Francia.

 

Fotos de EFE y El Clarín.