Redacción – El arzobispo australiano, Philip Wilson, quien sería el funcionario católico de más alto rango que ha sido condenado, fue declarado culpable por encubrimiento de abuso sexual pero se libró de prisión pero permanecerá seis meses en detención domiciliaria por su estado de salud y edad.

El religioso ocultó el abuso contra monaguillos que se dio en la década de 1970 por parte del sacerdote pedófilo James Fletcher. Los niños le comentaron el hecho a Wilson pero él no lo denunció a la policía, si no que lo encubrió. Lo anterior forma parte de un escándalo mundial que ha perseguido al Vaticano durante décadas.

Wilson tiene 67 años y se hizo a un lado de su puesto después de su condena el 22 de mayo anterior pero no ha renunciado. Enfrenta una pena máxima de dos años en prisión.

Los abogados del arzobispo alegaron que el abuso sexual infantil no se consideraba un delito de gravedad para esos años, por lo que no se denunció a las autoridades. Además, argumentan que hay informes médicos que indican que su cliente padece de diabetes, alzheimer y problemas de cardíacos.

Originalmente, su condena sería de 12 meses de privación de libertad, pero se procedió a concederle la modalidad casa por cárcel y posteriormente se le daría libertad condicional.

Según el medio internacional CNN, el próximo 14 de agosto se hará una audiencia para determinar si la detención domiciliaria es apropiada para el imputado y dónde podría quedarse, pues una de las opciones es la casa de su hermana.

El sacerdote pedófilo, Fletcher, fue sentenciado en diciembre del año 2004 por nueve cargos de pederastia y murió en el centro penitenciario 13 meses después.