Redacción- La selección española se midió la mañana de este domingo a los anfitriones rusos en el estadio Olímpico Luzhnikí, el cual albergará la final de la copa del mundo el próximo domingo 15 de julio.

Ambos combinados llegaban al enfrenamiento con mucha presión encima, puesto que los ibéricos se han visto muy vulnerables en defensa a lo largo del torneo.

Mientras que los rusos dieron la sorpresa al ganar sus primeros dos juegos, pero en la tercera jornada fueron humillados por los uruguayos, situación que generó que los anfitriones terminaran ocupando el segundo puesto de su grupo.

Desde el principio del encuentro se pudo observar a La Roja adueñándose del balón, mientras que los de la antigua Unión Soviética se plantarían en su propia mitad del campo a la espera de una oportunidad en el contraataque.

Con la esférica claramente en dominio de la excampeona del mundo la derrota parecía ser algo inevitable para los anfitriones.

La situación se comenzó a poner aún más cuesta arriba cuando a penas al minuto 12 del juego los españoles se pusieron arriba en el marcador, esto gracias al autogol de Serguéi Ignashévich quien perdió de vista el balón al estar marcando a Sergio Ramos.

Luego de la anotación la dinámica del juego no cambio mucho, los españoles continuaron trasladando el balón a todo lo ancho del terreno de juego, mientras los rusos se mostraban poco priorizaban el orden defensivo.

No obstante, sobre el cierre de la primera mitad los rusos encontraron una clara oportunidad para emparejar el marcador, puesto que Gerard Piqué levantaría los brazos dentro de su propia área, lo que genero señalamiento de penal que fue perfectamente ejecutado por Artiom Dziuba.

Andrés Iniesta jugó su último partido con la selección de España.

Con el marcador igualado dio inicio los segundos 45 minutos, en los cuales desde su inicio se notaba la comodidad por parte de los rusos al estar consiguiendo el empate.

En contra parte la escuadra ibérica seguía moviendo el balón a su gusto, sin embargo no lograban desequilibrar el solido bloque defensivo de los rivales.

Por lo que a lo largo de toda la etapa complementaría las acciones de peligro en el marco de ambos equipos serían casi que nulas, por lo que el encuentro terminaría necesitando de los tiempos extra para definir al clasificado.

En los 30 minutos complementarios la selección española logró sumar más de mil pases a lo largo de todo el compromiso, sin embargo esto no sería suficiente para vulnerar la cabaña del guardameta ruso.

Por lo que los tiempos extra terminarían trascurriendo sin grandes emociones para los dos equipos.

Durante los lanzamientos de penales, España parecía ser el favorito gracias a la experiencia de sus jugadores en instancias definitivas.

Pero sería más capaz la frialdad de los jugadores rusos, quienes además recibieron el caluroso apoyo de sus aficionados que se hicieron presentes en el estadio Olímpico.

La desazón para los campeones mundiales del 2010 comenzó a penas en el tercer lanzamiento desde el punto de penal, puesto que Koke Resurrección ejecutaría un pésimo lanzamiento de penal que sería detenido por Ígor Akinféev.

Con la presión encima para los jugadores llegó el quinto lanzamiento para los jugadores españoles quines necesitaban enviar el balón al fondo del marco para continuar con vida.

No obstante, nuevamente Akinféev se vestiría de héroe para darle la clasificación a los anfitriones quienes se clasifican por primera vez en su historia a los cuartos de final.

El rival de los rusos se definira la tarde de este mismo domingo cuando se enfrenten las selecciones de Croacia y Dinamarca en el estadio de Nizhni Nóvgorod.

Koke Resurrección fallo el tercer lanzamiento para La Roja.