Redacción – En busca de promover la educación escolar y evitar que más niños y jóvenes se sumen a la cifra de deserción estudiantil, la Fiscalía de Bataan planeó una iniciativa que permite dotar de útiles escolares a estudiantes de escasos recursos. Ante dicha propuesta, la Defensa Pública y el Juzgado Penal decidieron formar parte y trabajar en conjunto.

El miércoles anterior, los tres despachos judiciales visitaron la escuela Goshen de este distrito y entregaron a sus alumnos cuadernos, juegos didácticos y materiales como hojas, borradores, gomas, reglas, lápices de color y otros artículos que les den apoyo para continuar en las aulas.

«Esta iniciativa se dio en mayo anterior y consiste en promover recursos que permitan recaudar los útiles escolares, a través de una medida alterna a juicio: la suspensión del proceso a prueba; la cual compromete a la persona imputada a cumplir un plan de reparación por el delito cometido. Es decir, en infracciones a la ley como portaciones ilegales de arma o conducciones temerarias, se aplica la medida alterna y se establece un plan reparador del daño que debe cumplir la persona infractora. En el caso específico de Bataan, se ha promovido que la persona imputada aporte una suma de dinero que sea equivalente a determinada cantidad de artículos escolares», «, comunicó el Ministerio Público.

Según indicó el fiscal jefe de este despacho, Idelfonso Saborío,  con ese método se tiene un mejor control y cumplimiento de la suspensión del proceso a prueba, que permite dirigir los recursos a ayudas para la población escolar más vulnerable de la zona de Bataan.

“Como institución pública, buscamos ayudar a los niños y niñas para que se mantengan estudiando, gestionamos el aporte de los artículos que requieran y así pretendemos motivarles para que continúen la educación y se alejen de drogas y de otros hechos delictivos”, señaló Manuel Jiménez, fiscal adjunto de Limón.

Las fiscalías limonenses han adquirido dispositivos de aire acondicionado para dos centros educativos de la comunidad. Uno de ellos se instaló en una sala de computación de una escuela en Moín, el cual, por tener equipo electrónico, requería de un ambiente controlado, sin calor, así como mayor comodidad para los estudiantes; el segundo fue entregado a la escuela de Bella Vista de Limón para que se utilizara en el comedor del institución debido a las altas temperaturas..