Redacción- Incertidumbre en las elecciones brasileñas: la exclusión del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, favorito hasta ahora en todas las encuestas para la cita del 7 de octubre, debe volver explosivo el panorama electoral en el gigante sudamericano.

Éstas son cuatro claves para entender lo que podría pasar tras la inhabilitación de la candidatura de Lula debido a una condena a 12 años por corrupción, que el popular ex mandatario purga desde abril en una cárcel de Curitiba, en el sur del país.

I 1-Apelación ante la Corte Suprema

El PT avisó que presentará todos los recursos ante la justicia contra la decisión del Tribunal Electoral que dejó afuera de la carrera presiencial a Luiz Inácio Lula da Silva. Pese a que negaba oficialmente tener un Plan B, el Partido de los Trabajadores (PT) está preparado desde hace tiempo para que el actual candidato a vicepresidente en la fórmula electoral de Lula, el ex alcalde de Sao Paulo Fernando Haddad, de 55 años, asuma la candidatura presidencial. Por eso, el aparato de campaña ya está preparado para ese escenario.

El Tribunal Superior Electoral (TSE) dio este viernes diez días al PT para designar a su nuevo candidato. La exclusión de Lula justo cuando acababa de comenzar el viernes la franja televisiva es un revés para el PT, que apostaba por la imagen y el arrastre electoral de Lula en televisión. Ahora el partido puede usar ese espacio en la TV, pero no puede mencionar al ex presidente como candidato.

2-La incógnita de la transferencia de votos

​El mayor desafío, sin embargo, es conseguir trasladar la popularidad de Lula a Haddad, un político experimentado y de discurso bien elaborado, pero que no tiene el carisma de Lula. En las últimas encuestas Lula alcanzaba hasta el 39 por ciento de los apoyos, más del doble que el segundo colocado, mientras que en los hipotéticos escenarios sin Lula Haddad apenas llegaba al 4 por ciento.

El PT, sin embargo, confía en que en la transferencia sí sea efectiva ahora en la realidad. «Algunas encuestas que he visto, muestran que hay un poder de transferencia muy grande, cerca del 30 por ciento (de los votos) inmediatamente. Es un potencial de más del 80 por ciento», dijo a DPA la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann.

3-El resto de votos de Lula

El escenario que vaticinaban las principales encuestas antes de la exclusión de Lula, sin embargo, era que los votos del ex presidente se repartirían entre varios candidatos de izquierda. En el último sondeo de Datafolha, una de las principales encuestadoras del país, la principal beneficiada era la ecologista Marina Silva, que duplicaba su intención de voto del 8 al 16 por ciento. 

También Ciro Gomes, del partido de izquierda PDT, subía del 5 al 10 por ciento. No obstante, también el voto blanco se duplicaba del 11 al 22 por ciento. En un escenario desfavorable para la izquierda, el bolsón de votos de Lula se podría disolver entre esas varias opciones y favorecer al resto de candidatos.

4-¿Bolsonaro en auge?

El gran temor para muchos brasileños es que la salida de Lula acabe por favorecer al candidato más radical, el ultraderechista Jair Bolsonaro. El ex militar de 63 años es calificado como el «Donald Trump brasileño» por su discurso populista y nacionalista, y era segundo en las encuestas por detrás de Lula, con hasta el 19 por ciento de los apoyos. Sin el ex presidente, Bolsonaro es favorito con el 22 por ciento.

Las próximas semanas, sin embargo, también podrían ver cómo se desinfla la candidatura de Bolsonaro. Muchos obervadores creen que el inicio de la fase decisiva de la campaña electoral, con los debates televisivos y la mayor exposición mediática, podría aumentar el rechazo a Bolsonaro, que hace apología de la dictadura militar, suele atacar a homosexuales y negros, y también genera indignación con comentarios misóginos, como cuando le dijo a una diputada que era «demasiado fea para ser violada».

En todo caso, el ascenso de Bolsonaro demuestra la encrucijada en la que está la potencia latinoamericana y la crisis de la democracia que se gestó en los últimos años como consecuencia de los escándalos de corrupción del caso «Lava Jato».

Fuente: DPA