Redacción-  Alrededor de 330 personas de las comunidades de Golfito, La Unión y Los Ángeles de Cureña de Sarapiquí mejoraron su calidad de vida gracias al proyecto: Fortalecimiento de las capacidades de la población del distrito de Cureña de Sarapiquí por medio de procesos participativos sostenibles, impulsado por la Sede Región Norte Huetar y Caribe de la Universidad Nacional (UNA), bajo los ejes de seguridad y soberanía alimentaria, emprendedurismo y turismo rural comunitario.

Con dicha iniciativa, ejecutada del 2011 al 2017, con presupuesto del Fondo Universitario para el Desarrollo Regional (Funder), se logró que muchas de estas comunidades desarrollaran sus capacidades en distintos procesos, entre los que destacan la creación de diferentes áreas de recreación de la mano con la comunidad, la elaboración de jardines comestibles, macrotúneles y preparación de abonos, basados en técnicas amigables con el ambiente, así como los primeros pasos en administración turística y estructura organizacional empresarial.

Ingrid Rojas, coordinadora de la iniciativa, comentó que el participar con la comunidad de Cureña fue una decisión que se valoró como prioritaria e importante desde el Campus Sarapiquí de la UNA, sobre todo porque el distrito Cureña de Sarapiquí se considera como uno de los de menor índice de desarrollo del país.

La comunidad de Cureña se ubica a 75 kilómetros del Campus Sarapiquí, es rica en flora y fauna; forma parte de la reserva mixta Maquenque, con potencial para desarrollar actividades en pro de conservación aplicando técnicas ecoamigables.

Desde este año, el proyecto se replicará en otras poblaciones de Sarapiquí bajo la misma modalidad de la primera iniciativa. En esta oportunidad el trabajo universitario se desarrollará del 2018 al 2020 en las comunidades de La Virgen, La Rambla y Los Ángeles de Cureña de Sarapiquí, con el fin de fortalecer la agricultura familiar como base para el desarrollo rural territorial de las comunidades.

Carmen Daly Duarte, la responsable del proyecto durante este quinquenio, indicó que se partirá de cero promoviendo la parte organizacional y la agricultura familiar para que las personas sientan la necesidad de devolverse hacia al campo, ya que sin agriculutores no hay comida.

 Al igual que en la iniciativa anterior, los estudiantes jugarán un papel importante, pues como parte de sus prácticas profesionales, darán sus aportes al presente proyecto, para lo cual será necesario, en conjunto con las académicas participantes, identificar las necesidades locales de cada una de las comunidades de una manera participativa; es decir, integrando desde el inicio a los líderes comunales de las diferentes organizaciones.

 Una vez identificadas dichas necesidades, serán priorizadas y además se propondrán alternativas de solución, lo cual conlleva a la formulación de perfiles de proyectos con el apoyo del estudiantado.