Redacción-Dieciocho centros educativos a nivel nacional registraron un ahorro de 67% en el consumo de agua en los últimos dos años. Las cifras son el resultado de la implementación del programa Vigilantes del Agua.

La iniciativa del Instituto Costarricense de Acueductos y Alcantarillados (AyA), con el apoyo de la Compañía Coca-Cola y de Coca-Cola FEMSA, tiene la misión de reducir el consumo de agua, a través de la detección y reparación de fugas, así como el fomento de un cambio de cultura en los escolares hacia el uso consciente y responsable del líquido.

“Vigilantes del Agua procura la disponibilidad del recurso hídrico mediante su uso racional en beneficio de los centros educativos y las comunidades. Con este tipo de iniciativas reafirmamos nuestro compromiso con la conservación y la protección del líquido vital”, dijo William Segura, Gerente de Asuntos Públicos y Comunicación de la Compañía Coca-Cola.

Este martes se graduaron más de 2000 nuevos vigilantes del agua en una actividad realizada en Parque Viva. En el 2017 y 2018, se capacitaron 15,826 estudiantes en todo el país, lo que permitió el ahorro anual de más de 80.6 millones de litros de agua, gracias al uso óptimo del recurso.

Vigilantes del Agua, que se realiza en colaboración con la Fundación Aliarse, además conlleva cambios completos de tubería e instalación de losa sanitaria y grifería de bajo consumo, mejorando el abastecimiento interno de agua potable y las condiciones de higiene en cada centro educativo.

Desde su operación en el 2009, Vigilantes del Agua contabiliza ahorros de más de 663 millones de litros de agua, el equivalente a 265 piscinas olímpicas, con un alcance de 120,687 estudiantes en 1,735 centros educativos.

¿Cómo funciona Vigilantes del Agua?

El programa consiste en una serie de talleres y giras técnicas que son coordinadas en primera instancia con el director(a) del centro educativo, el cual designa un educador encargado del programa y un grupo niños que trabajarán con el programa en su centro educativo.

La misión es ser agentes multiplicadores en sus respectivas escuelas o colegios para así traspasar los conocimientos adquiridos en los talleres y giras técnicas a sus compañeros, logrando el uso óptimo del agua potable en los centros educativos sea una disciplina en todos los estudiantes y lograr una reducción en los consumos de agua potable mediante el mejoramiento de los hábitos, educando hacia una nueva cultura del valor del agua.