Redacción – Parte de las tradiciones de la época navideña son las famosas «bombetas», pólvora o juegos artificiales. Estas llenan de colores el cielo durante diferentes actividades de agenda nacional o en casas de los ticos, pero ¿cómo afectan a los animales?

Los veterinarios afirman que pueden presentarse cambios en el comportamiento normal de los animales domésticos, pues ellos presentan un sentido de escucha más agudo que el del ser humano y el nivel de ruido que ocasiona estos juegos artificiales puede ser un tormento para ellos.

Muchas mascotas pueden entrar en en un estadio de desesperación ante el ruido, incluso, pueden terminar lanzándose por balcones o pasando la calle y terminar atropellados.

También, los animales pueden terminar dañando los muebles o son agresivos con las personas por el efecto que causa la pólvora.

Pero no sólo los domésticos sufren, sino también los animales silvestres con toda la contaminación que representan este tipo de espectáculos pirotécnicos.

El estallido ocasiona que muchos de estos se asusten y salgan de sus hogares y les tomen temor por lo que nunca regresan a ellos, por otro lado la madera y materiales residuales en muchas ocasiones dañan sus hábitat o incluso los golpean directamente.

Los animales intentan escapar de ese ruido que los atormenta y no regresan por miedo a presenciar otro escenario similar.

La contaminación también es parte de las tradicionales «bombetas», pues hay material que se quema en el aire y otro que queda en los árboles o cae en alguna zona y produce más basura.

Los expertos recomiendan no hacer uso de pirotecnia en los hogares si quieren cuidar a sus mascotas y, en caso de no tener alternativa, lo ideal es acostumbrar al animal a que es algo «normal».

Esto se puede hacer acompañándolo durante los estallidos o premiándolos con galletas para perros, para que se sientan en un ambiente cómodo.

Además, es recomendable que sus mascotas, incluso hámsters y otros roedores, permanezcan en sitios donde se sientan seguros como las habitaciones donde normalmente permanecen y no en el exterior.

Por otro lado, existe un método para envolver a los perros en tela y que así se sientan seguros, según se ha podido comprobar con el Método Tellington.