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Redacción- La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica, autoinmune y crónica, cuyos primeros síntomas suceden entre los 20 y 40 años, lo que la convierte en la principal causa de discapacidad no traumática en adultos jóvenes.

Surge cuando el sistema inmunológico ataca, anormalmente, la vaina de mielina (cobertura de las fibras nerviosas) de la médula espinal, cerebro o nervios ópticos, lo que ocasiona inflamación y daño constante.

De acuerdo a las cifras de la Federación Mundial de Esclerosis Múltiple, cerca de 2.3 millones de personas tienen EM. En Costa Rica, viven alrededor de 428 personas con esta enfermedad; la mayoría diagnosticadas entre los 20 y 40 años de edad.

Según comentó el doctor Arnoldo Soto, gerente médico de Roche Centroamérica y Caribe (CAC), el desarrollo de la EM es impredecible y reduce de 5 a 7 años la expectativa de vida de la persona. “La EM es dos veces más común en mujeres que en hombres”, concretó el doctor Soto.

Tipos de esclerosis múltiple

La forma más común de esta condición de salud es la EM remitente-recurrente. Se caracteriza por presentar episodios de ataques, recaídas y remisión de síntomas.

Luego, el paciente puede sufrir síntomas de empeoramiento ininterrumpido.

La EM primaria progresiva, se presenta de manera gradual, marcada por síntomas de empeoramiento continuo, sin recaídas, pero con acumulación de síntomas asociados a discapacidad a lo largo del curso de la enfermedad.

¿Cuáles son los síntomas de la EM?

  • – Cansancio, espasmos y dolores.
  • – Visión doble o borrosa, neuritis óptica, movimientos oculares rápidos e involuntarios o pérdida total de la visión.
  • – Problemas del habla y con la memoria a corto plazo.
  • – Temblor en las manos.
  • – Debilidad en los miembros.
  • – Pérdida de fuerza o sensibilidad.
  • – Vértigo o falta de equilibrio.
  • – Sensación de hormigueo o entumecimiento.
  • – Problemas de control urinario e intestinales.
  • – Dificultad para andar o coordinar movimientos.

Fuente de información: Roche, 2019.

Actualmente, no existe cura para la esclerosis múltiple; sin embargo, los médicos utilizan una serie de medicamentos y terapias complementarias, así como orientación a la familia del paciente, en búsqueda de una mejor calidad de vida, mayor independencia de la persona y retardar, en la medida de lo posible, la aparición de la discapacidad. Adicionalmente, se recomienda recibir terapia física.