Redacción- La Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) señala un progreso notable en prevención y control del cáncer de cérvix en las últimas tres décadas, pues la enfermedad ha decrecido en un 54% y la mortalidad en un 48% desde 1989.

El dato lo revela el médico Alejandro Calderón del proyecto “Fortalecimiento de la atención integral del cáncer” con base en datos del Registro Nacional de Tumores para indicar el éxito institucional en el abordaje de este tipo de cáncer.

El progreso de la Institución es destacado también a nivel regional: en la actualidad Costa Rica el segundo país latinoamericano con el índice más bajo por mortalidad de este tipo de cáncer, después de Chile.

El doctor Roberto Cervantes, gerente médico en cargo, señala que el logro resulta de una combinación entre el compromiso de las mujeres con su salud, pues se hacen el Papanicolaou regularmente, y el esfuerzo institucional por el fortalecimiento del Laboratorio Nacional de Citologías y de la atención de lesiones sospechosas.

La prueba básica para la detección de lesiones que pueden llegar a ser cáncer y tratarlas antes de que se desarrolle es el Papanicolaou. Según la encuesta de hogares del 2016, el 85% de las mujeres adultas se han hecho el examen alguna vez.

El Papanicolaou identifica escamaciones, inflamaciones, infecciones y otros problemas que, con el tiempo, podrían llegar a convertirse en DISPLASIAS QUE SON LESIONES precancerosas y que, en caso de dejarlas sin tratamiento, en el futuro, podrían llegar a ser cáncer.

Cuando el Papanicolaou sale alterado, pero las pacientes se les hace el tratamiento, se curan y siguen en control para evitar otros problemas en el futuro.

Prevenible; sin embargo casos persisten.

Aunque el país ha reducido el impacto del cáncer de cérvix a la mitad en treinta años el impacto es todavía un reto para la salud pública y el cuidado personal.

Esto porque si bien las mujeres tienen conocimiento sobre la importancia preventiva del examen y recurren a él, hay un grupo de mujeres que todavía no han incorporado el examen a su rutina de autocuidado o no lo hacen con la periodicidad recomendada y tienen riesgo de desarrollar un cáncer de cérvix sin darse cuenta.

Según la Encuesta Nacional de Salud Sexual y Reproductiva de 2015 el 23% de las mujeres entre 20 y 44 años se hacen el Papanicolaou menos de una vez cada dos años. Lo mismo sucede con el 17% de las mujeres entre 45 a 64 años.

Las razones para postponer el examen son variadas: temer al examen o sentir vergüenza ocurre en un 9% de mujeres entre 20 y 44 años y creer que pueden esperar más tiempo es la justificación del 30% de las mujeres entre 45 a 64 años. Además, un 47% de mujeres en la media edad asegura que los equipos de salud nunca se lo han indicado.

Así, aunque el cáncer de prevenible y el examen esté disponible en todos los ebáis, el Registro Nacional de Tumores reporta que la enfermedad es de 13,5 por cada cien mil habitantes del año 2015 y la mortalidad es de 5,9 de cada cien mil habitantes del año 2017.

Durante 2015, se registraron 372 cánceres in situ, hubo 321 diagnóstico en estado invasor a otros órganos y se contabilizaron 143 muertes en el 2017. Visto en promedio de los últimos años puede decirse que cada 12 horas se registra un caso nuevo de cáncer de cérvix en el país.

Los casos suceden en todo el país, pero el impacto mayor se concentra en Puntarenas, Guanacaste y Limón. También hay casos registrados de todas las edades, pero hay un mayor impacto de mortalidad en mujeres entre 40 y 45 años y en las mayores de 75.

“Por eso, sin distinción de edad o de residencia, toda mujer debe recordar que el Papanicolau cada dos desde los 20 años hasta los 65 años es la forma más fácil de prevenir el cáncer de cérvix, incluso si cuando le toca no tiene pareja o haya entrado a la menopausia” dice el doctor Alejandro Calderón como recomendación general.

¿Cuál es la preparación de la paciente para hacerse el examen?

No es necesaria ninguna preparación especial. La mujer solamente debe evitar las relaciones sexuales, los lavados vaginales, las cremas espermicidas o los medicamentos administrados por vía vaginal dos días antes de que le hagan la citología.

El mejor momento de realizar la citología es entre los días 10 y 20 después del primer día de la menstruación, o en cualquier momento después de la menopausia.