Por Jeaustin Campos

Técnico Nacional


Lo que era a finales del 2.009 y principios del 2.010 un “boom” por el estilo que desplegaba aquella Barcelona multicampeona o la España exitosa en el mundial de Sudáfrica y la posterior Euro, hoy parece que ha calado en nuestro pais siendo un tema de moda para gran parte de la prensa y aficionados.

 La posesión del balón es simplemente un instrumento, una herramienta para que el ataque se produzca de una manera eficiente, no obstante, se ha tergiversado su significado y su esencia convirtiéndolo en un fin en sí mismo cuando, lo que a mi juicio particular es, un medio de transporte solamente para superar un sistema defensivo.

Hemos escuchado gritar muchas veces a los técnicos “hay que mover el balón”, y no es esa la verdadera intención, sino MOVER AL RIVAL, ahí es donde precisamente la posesión de pelota alcanza un sentido, de otra manera es insulso, inoperante y aunque estéticamente se aprecie el gesto no pasa de ser un placebo de la eficacia.

Si se quiere profundizar lo anterior, habría que referirse imperiosamente a los sectores del campo de juego donde se lleva a cabo, por ejemplo si en su mayoría se efectúa en nuestro campo intercambiando pases transversales entre las dos primeras líneas (defensiva y medio campo) , no sirve pero ojo, si cuenta en las estadísticas!! . 

La posesión de pelota debe ser la combinación determinada de pases para provocar el movimiento del rival en su zona defensiva de tal manera que genere espacios vacíos por sus traslados siendo aprovechados para poder atacar con vértigo, con cambio de ritmo y con gran verticalidad hasta la zona de definición.  

Normalmente se les atribuye a los equipos “grandes” este recurso debido a que poseen jugadores más talentosos y técnicamente mejor dotados, aunque claro está, existen sus excepciones.

Aprovecho para diferir de lo que se ha escuchado esta semana donde decían que es más fácil dirigir a un equipo grande que uno pequeño, no lo comparto, hoy el futbol más allá del talento individual o colectivo, más allá de la estrategia o la táctica e incluso de tus rivales, lo que hace la diferencia entre el éxito y el fracaso es EL CONVENCIMIENTO Y LA CREDIBILIDAD que tengan los futbolistas, si un director técnico no es capaz de transmitir eso por mas capacidad y talento que tenga , el motor no va a encender .

Esto en un equipo grande es más difícil de conseguir por supuesto, ya que sus jugadores son mas experimentados, han jugado en extranjero la mayoría y han trabajado con gran cantidad de técnicos de mucha experiencia dándoles un criterio más fino y a su vez que sean mas exigentes con quien los dirige. Caso contrario con los equipos “pequeños”, normalmente son jugadores de poca experiencia, muy jóvenes en su gran mayoría, tornándolos más permeables y sumisos a la hora de que el técnico, cualquiera que sea, exponga su filosofía de futbol.