Redacción– Para Rosemary, Vilma, Armando y Milton, trabajar y realizar los quehaceres en el hogar son casi misiones imposibles. La falta de agua a la que se enfrentan los pone en incómodas situaciones y los obliga a ingeniárselas todos los días.

Las mujeres son vecinas de San de Dios de Desamparados, una de las comunidades que sufre de racionamientos de agua constantemente.

“A las 9:30 a.m. se va el agua y a veces son las 6:00 p.m., incluso las 8:00 p.m., y no ha llegado. A como puedo, tempranito recojo agua. Ahí tengo los baldes y botellas para poder hacer almuerzo y lavar el inodoro, donde es tan necesario”, comentó Rosemary Morales.

“Yo lo que tengo son botellas, nada más, y con eso no alcanza ni para cocinar. Nos preocupa mucho porque el agua hace falta para todo y es muy poquito lo que podemos recolectar”, expresó

Vilma Cerdas, quien debe velar por su nieta y teme que se enferme con un virus. Milton y Armando trabajan en una barbería de esta zona, donde el agua escasea por largos periodos.

“Estamos con este problema hace más de 15 días. Hemos tenido que recurrir a envases para poder abastecernos por la falta de agua. Nosotros entramos a las 10:00 a.m. y cuando llegamos ya no hay agua, a veces se va hasta dos veces al día. No podemos hacer gran cosa sin agua, sobre todo por los clientes, es una situación incómoda”, comentó Armando Barrios, mientras intenta abrir el grifo sin que salga una gota de agua.

Costa Rica se enfrenta a un fuerte periodo de escasez de agua, producto del impacto de Fenómeno El Niño, el cual se caracteriza por la disminución de lluvias, sequía y altas temperaturas. Esta situación golpea diferentes cantones del país. Según estimaciones del Instituto Nacional de Acueductos y Alcantarillados (AyA) este 2019, ya unas 114.500 personas han tenido algún tipo de afectación en el servicio. Además, se estima que el abastecimiento será más difícil conforme se adentre la época seca durante el primer semestre del año.

Los tanques de almacenamiento se convierten en una gran opción para las personas que sufren el faltante. María Elena Rojas, propietaria de la carnicería La Única, comentó que hizo la inversión de colocar un tanque de almacenamiento principalmente para mantener la inocuidad en su negocio.

“Era muy necesario para el aseo. Nosotros trabajamos con carne y el agua es muy importante para poder lavar bandejas, pisos, limpiones y más. Decidimos poner un tanque que nos ha servido para enfrentar este problema con el agua no solo en el negocio, también en la casa”, comentó Rojas.

De acuerdo con David Peña, Gerente Comercial de la Casa del Tanque, para elegir un tanque de forma adecuada y que satisfaga las necesidades de una familia, lo más importante es identificar el promedio de consumo diario en el hogar.

“En promedio, una persona en Costa Rica consume hasta 200 litros diarios de agua, por esta razón es importante tener cómo abastecerse. Una vez que tengamos certeza de cuánto consumimos mensualmente, podremos medir lo que gastamos durante un día y ser más conscientes sobre cómo estamos utilizando el recurso hídrico”, explicó Peña.

La escasez de agua afecta tanto al sector residencial, como a los distintos sectores productivos de nuestro país. En los hogares, el agua se utiliza más en aseo personal, limpieza del hogar y descargas del inodoro. Para cumplir con estos requerimientos, el mercado ofrece opciones de almacenamiento con capacidad desde 450 litros y hasta los 22 mil litros.

Para el sector productivo, la mayor demanda del líquido la requieren el riego de los cultivos, el mantenimiento del ganado y el suministro para hoteles. Para estas aplicaciones existen cisternas flexibles con capacidad para almacenar de 50 mil hasta 500 mil litros y tanques que se pueden transportar con el líquido, para suplir la demanda del sector agroindustrial.

1 COMENTARIO

  1. El problema en San Juan de Dios no sólo es el faltante habemos un grupo de vecinos de Calle Cruz Roja que el agua nos llega sucia y con olor fétido y deja la casa con un olo insoportable y cuando empieza a llegar hay que dejarla correr desperdiciando litros que pagamos en la factura y dónde está el ahorro, cuando el agua aclara conserva un olor a azufre que se impregna en todo y no sirve para consumo, el AYA no nos resuelve y estamos desesperados es un asunto de salubridad, aparte de pagarles al AYA hay que comprar agua embotellada para tomar y cocinar.

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