Nube de polvo del Sahara
  • Fenómeno llega a Costa Rica todos los años

Redacción – La rinitis, el asma y otras enfermedades respiratorias se identifican en la época de invierno o ante la llegada del polvo del Sahara, pues este último puede producir alteraciones en las vías respiratorias, especialmente en personas vulnerables.

Especialistas de la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) piden a la población tomar todas las medidas preventivas posibles debido a este fenómeno que se presenta todos los años.

Recomendaciones

Los doctores Mario Mora, Mario Urcuyo y Roy Wong, de la Gerencia Médica de la CCSS, recomiendan que las personas con enfermedades respiratorias como asma, enfisema pulmonar y bronquitis crónica; también a los adultos mayores, embarazadas y población infantil, usen protectores tales como: mascarillas o pañuelos de tela húmedos para cubrir la nariz y la boca.

Además, si usted tiene sensación de suciedad en los ojos, se deben lavar con abundante agua potable, hervida o clorada. Eso sí, debe lavarse las manos antes de iniciar este procedimiento.


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Es importante también cubrir las fuentes de agua como pozos, recipientes o estanques de almacenamiento de agua para evitar alguna contaminación.

Y tampoco puede olvidar que, para as poblaciones de riesgo, deben exponerse lo menos posible en los espacios al aire libre y humedecer los sectores de la casa antes de barrer para evitar el levantamiento del polvo.

¿Qué es el polvo del Sahara?

De acuerdo con los especialistas, la nube de polvo del desierto del Sahara es un fenómeno natural hidrometereológico que se presenta anualmente.

Su origen es en las tormentas de arena en el desierto del Sahara, que llevan la arena hasta la atmósfera y que viaja a gran velocidad a través de las corrientes de viento.

Para la región de Centroamérica y el Caribe, según el Instituto Meteorológico Nacional (IMN), el fenómeno ocurre entre julio a agosto de cada año y sucede en otras zonas del planeta en otros meses del año.

«La nube atraviesa el océano Atlántico y la gran mayoría se deposita en el océano y una pequeña fracción llega al continente americano», explica la CCSS.

Esta nube, de acuerdo con el doctor Wong, es invisible al ojo humano, pero genera ambientes brumosos.