Ballena franca del Atlántico Norte
  • Menos del 25% de estas ballenas son hembras, las responsables de la reproducción

Redacción – Nuevamente una especie más está en peligro en las manos humanas: la ballena franca del Atlántico Norte está a punto de extinguirse, de acuerdo con los investigadores que realizaron el informe de Oceana.

La caza de estas ballenas, la navegación, la pesca en general y la variabilidad climática -que perjudica a sus alimentos- hacen que esté casi al borde de extinguirse, pues su población está disminuyendo considerablemente.

¿Salvarlas? Los investigadores destacaron que la única forma es si se actúa ya con medidas estrictas de protección.

“En algún momento, si la tendencia continúa, la recuperación simplemente será imposible”, escribieron los investigadores, de acuerdo con CNN.


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Otro dato es que al menos 100 ballenas francas se enredan en líneas de pesca verticales cada año. Las pesquerías usan trampas y macetas en el fondo del océano con líneas verticales unidas a las boyas para que puedan levantarlas.

Según esa misma organización protectora de océanos, solo quedan 400 ballenas de estas, pero menos del 25% son hembras, es decir, las responsables de la supervivencia de la especie por medio de la reproducción.

Estas ballenas son bautizadas

Debido a la poca cantidad de estos mamíferos, los investigadores las identifican en un catálogo. Todas tienen números y algunas tienen nombre.

Por ejemplo, Punctuation, una ballena abuela llamada así por las marcas en forma de coma y guión en la espalda, murió en junio después de que un buque la hirió.

Al menos 28 han muerto en los últimos dos años, dijo a CNN el director de la campaña de Oceana, Whitney Webber.

“Realmente ya no vemos a las ballenas morir por causas naturales. Se están muriendo en nuestras manos”, resaltó Webber.

Además, para 1935 se prohibió la caza de estos mamíferos, y por eso fueron cazadas casi hasta la extinción. Luego, en las últimas décadas, la ballena encontró nuevos enemigos.

Cabe destacar que el mamífero no alcanza la madurez sexual sino hasta los 10 años, y las hembras suelen dar a luz solo una cría cada tres o cinco años; sin embargo, el estrés al enredarse en las redes de pesca ha prolongado el período entre nacimientos a 10 años, dice el estudio de Oceana.