Foto Cortesía de Olivier Castro.
  • El acceso de las niñas a la educación resulta fundamental para su desarrollo humano

Redacción- Desde el año 2012, las niñas están accediendo en menor medida a la educación primaria, al punto que existe un estancamiento en los últimos tres años, de acuerdo con los datos arrojados por el III Estado de los Derechos Humanos de las Mujeres en Costa Rica, elaborado por el Instituto Nacional de las Mujeres, INAMU. En 2006 y 2009 las niñas alcanzaron tasas de escolarización del 99%, pero a partir del 2012 inicia un descenso significativo, hasta llegar a 93.6% en 2016, señala la investigación.

“Desde el INAMU vemos estos datos de forma alarmante. Debe determinarse si esta situación obedece a falta de cobertura educativa o porque estas niñas están trabajando desde tempranas edades, lo cierto del caso es que el único lugar en el cual deberían estar estas niñas es en un aula”, señaló Patricia Mora Castellanos, Ministra de la Condición de la Mujer y Presidenta Ejecutiva del INAMU.


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El acceso de las niñas a la educación resulta fundamental para su desarrollo humano y de su autonomía, además de ser un factor de protección frente a la pobreza y la violencia.

Por otro lado, en el nivel de educación secundaria los porcentajes de matrícula y aprobación se encuentran liderados por mujeres. Sin embargo, los mandatos de género tienen un impacto diferenciado sobre los motivos de deserción escolar, pues la maternidad, los oficios domésticos o el cuido de otras personas constituyen causas de deserción en las adolescentes, mientras que entre los hombres este fenómeno se asocia a su inserción en el mercado laboral.


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“Los datos arrojan que la socialización de género y la imposición de roles promueven la inequidad y la exclusión de las mujeres del sistema educativo. Es fundamental reforzar medidas que garanticen la permanencia de las adolescentes en el sistema, entre ellas, una educación libre de estereotipos y prejuicios de género, así como el mejoramiento de las condiciones del entorno educativo para que adolescentes y niñas madres o embarazadas puedan dar continuidad a sus estudios” mencionó la jerarca.

Históricamente el Estado costarricense ha hecho innumerables esfuerzos por garantizar el derecho a la educación de toda su población, logrando convertirse en líder en la región en esta materia. No obstante, para las mujeres la esfera educativa sigue representando un espacio de contradicciones y desigualdad.