Minor Araya Salguero

Criminólogo – Exjefe OIJ


Es muy triste. No obstante, ante este caso tan desafortunado, no es al oficial de seguridad al cual, únicamente, se debe apuntar la crítica; por lo general, este es un espejo de su patrono, el que realmente percibe ganancias.

Así, muy probablemente este sea el resultado de la incompetencia; no de la empresa de seguridad subcontratada, sino de los responsables de la materia en el Poder Judicial.

Es la parte que subcontrata, aquella que debe asegurar la calidad e idoneidad profesional de la compañía que ofrece servicios de seguridad privados; ordena modificar para un buen servicio público o bien, quitar lo que no sirve.

Ya esto se veía venir. Era espeluznante presenciar un cambio de guardia en la entrada del OIJ de Alajuela; el término «control de boca de fuego» y otros de suma importancia eran, simplemente desconocidos.

Si bien un arma de fuego puede accionar su dispositivo de disparo, no lo puede hacer sin un estímulo externo e independiente; las armas de fuego no se disparan solas.

A mi querido Poder Judicial:

Perseguir lo barato puede salir muy caro; más aún en nuestro sinuoso sistema de seguridad privada. Ustedes son los responsables no solo solidaria, tambien moralmente.

Deben apoyar no solo a los sobrevivientes de la víctima, deben también apoyar a esa víctima que aún respira; ese al que ustedes como institución responsable, nunca pusieron atención antes de colocarle ayer en tan delicado puesto de trabajo: El Agente de Servicios de Seguridad Privados.